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Late night

Título original: Ídem
Origen: EE.UU. 
Dirección: Nisha Ganatra
Guión: Mindy Kaling
Intérpretes: Emma Thompson, Mindy Kaling, John Lithgow, Hugh Dancy, Reid Scott, Denis O´Hare, Max Casella, Paul Walter Hauser, John Early, Jia Patel, Luke Slattery, Ike Barinholtz, Marc Kudisch, Amy Ryan, Bill Maher, Seth Meyers, Annaleigh Ashford
Fotografía: Matthew Clark
Montaje: Eleanor Infante, David Rogers
Música: Lesley Barber
Duración: 102 minutos
Año: 2019


6 puntos


LOS DILEMAS DE UNA ÉPOCA

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

Mindy Kaling saltó a la fama como parte del elenco de la serie The office y desde ahí ha intentado construir una carrera en el cine que todavía no termina de definirse. Se puede intuir que Kaling quiere ir haciendo su propio recorrido, del mismo modo que lo hicieron comediantes como Tina Fey, Amy Poehler, Melissa McCarthy y Kristen Wiig, que han llegado a armar filmografías que prácticamente las posicionan en roles autorales. Late night –donde además de compartir el protagónico también escribe el guión- es un reflejo de ese deseo aún no concretado, pero también de algunos dilemas que afectan a la comedia (particularmente la norteamericana) en esta actualidad de corrección política.

El film, dirigido por Nisha Ganatra (conocida por su trabajo en series como Brooklyn Nine-Nine, Future man, Better things y Transparent), se centra en Katherine Newbury (Emma Thompson), la anfitriona de un late night –un formato de programa nocturno muy típico en la televisión anglosajona- que es reconocida como una pionera en lo suyo pero que últimamente viene perdiendo popularidad, a tal punto que la dueña de la cadena donde trabaja evalúa reemplazarla. Mientras trata de reencauzar el programa y para sacarse de encima las acusaciones de que es una “mujer que odia a las mujeres”, avala la contratación de la novata Molly (Kaling) para que se incorpore a un equipo de guionistas donde todos son hombres. Ambas personalidades terminan confluyendo y afectándose: si Molly irá haciéndose un lugar propio e introduciendo un nuevo aire al programa, en un camino de rápida formación; Katherine deberá reinventarse a nivel profesional pero también personal, con ambas estableciendo un paulatino vínculo de respeto y afecto no exento de varios desniveles.

Si el punto de partida de Late night es el de una comedia dramática sobre un ambiente laboral en el que las mujeres deben hacerse su lugar un poco a las piñas, la perspectiva que va delineando sobre cómo se construye el humor en la actualidad la coloca en un lugar bastante más interesante pero no por eso del todo logrado. El encuentro (y a la vez conflicto) intergeneracional de Katherine y Molly es uno donde se problematizan los límites de la corrección política, no solo a nivel de género, sino también de religión, etnia y varias cosas más. Y lo cierto es que Kaling, principalmente desde el guión pero también en buena medida desde su rol protagónico compartido –donde juega un papel importante la mirada hacia esa referente que encarna Thompson-, va soltando varios apuntes que dejan clara una mirada crítica sobre una sociedad cada vez reprimida, en la que cualquier chiste puede ser potencialmente ofensivo.

Claro que en los pasajes donde el relato tiene que apretar el acelerador, Late night prefiere bajar un cambio, como si Kaling temiera las repercusiones de ese clima de época al cual intenta describir con espíritu crítico. Eso se puede ver particularmente en los minutos finales, donde la película muestra una sensibilidad bastante atendible para abordar los lazos personales y la ética profesional, pero también apresuramiento para resolver diversos conflictos. Late night queda así como una comedia procurando esbozar un diagnóstico sobre la propia materialidad que la atraviesa, pero rascando apenas la superficie.

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