No estás en la home
Funcinema

Recapitulación de Better call Saul: JJM

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

La respuesta a la pregunta que le hizo Kim a Jimmy en el final del capítulo pasado (“¿nos casamos’”), Better cal Saul la brindó velozmente en la secuencia habitual que antecede a los créditos del episodio de esta semana, JMM. Porque la serie de Vince Gilligan y Peter Gould es así: o tiene las elipsis más pronunciadas del mundo o se toma todo el tiempo que quiere para reconstruir los metódicos pasos de tipos como Fring o Mike. Es que Better call Saul tiene sus tiempos propios, esos que suelen volver locos a los ansiosos. JMM fue otro capítulo allá en lo alto y uno que nos ofreció, quiero creer, la caída definitiva de Jimmy/Saul. Que el título haya sido la sigla que James Morgan McGill (Jimmy) lleva en su maletín no fue sólo simbólico, sino un delicioso juego de palabras que fue delimitando el sinuoso camino del protagonista: o la justicia para todos o la justicia para hacer dinero. Jimmy o Saul. “¿Querés ser amigo del cartel?”, le tiró Lalo. Pobre Jimmy: entre Kim preguntándole si se quiere casar, Howard preguntándole si va a aceptar el trabajo en el buffet de abogados y Lalo poniéndolo a prueba sobre su fidelidad con los narcos no da abasto. El casamiento entre Kim y Jimmy, que parecía una salida intempestiva en el episodio anterior, ahora tuvo su cuota de razón: para Kim este lazo legal de la pareja pone a Jimmy en un lugar incómodo, de compromiso y verdad. Todo lo que  rodeó a esa fría ceremonia fue maravilloso. Pero JMM tuvo dos momentos enormes. El primero la tuvo a Kim escupiéndole su verdad al dueño de Mesa Verde, una verdad que puede ponerla en una situación laboral crítica. Y el otro gran momento, sin olvidar el incendio del local de Los Pollos Hermanos, fue protagonizado por Jimmy, dueño absoluto de este episodio: nunca se lo vio tan afectado con sus propios métodos para ejercer la abogacía, aunque uno entiende que esta vez sabe que el que está perdiendo es él. Melissa Bernstein, colaboradora habitual del universo Breaking bad/Better call Saul, sintetizó todo desde la dirección con un plano genial, con el rostro de Jimmy partido en dos. Una imagen potente que antecedió a un parlamento glorioso: “¡No puedes entender de lo que soy capaz! ¡Estoy muy lejos de ti! ¡Soy como un Dios con ropa humana! ¡Rayos se disparan desde la punta de mis dedos!” le tiró Jimmy a Howard, a los gritos, por los pasillos tribunalicios. Fue un momento poderoso pero también triste: el ego comienza a comerle la conciencia a nuestro antihéroe. Porque Better call Saul también tiene el poder de dejarte así, melancólico.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.