No estás en la home
Funcinema

Recapitulación de Homeland: Deception indicated

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

El arranque de la temporada final de Homeland insinúa una vuelta a las fuentes, a las dinámicas que hicieron tan popular como polémica a la serie, sin dar muchas vueltas. Deception indicated trae todo lo que esperábamos: Carrie en modo crecientemente paranoico, internas políticas, el Medio Oriente hostil, antagonistas con juegos de ajedrez propios y todavía difusos, y hasta alguna subtrama con vínculos todavía no del todo sólidos con el relato central. Y claro, a Carrie corriendo de un lado a otro y a Saul caminando por los pasillos con su paso tan característico.

Esa sensación de lo “ya visto y conocido” no es –al menos por ahora- un factor en contra sino a favor, porque hay algunas vueltas de tuerca bastante interesantes. Principalmente, por el lado de Carrie, que siempre ha estado afectada por una gran paranoia y nunca ha podido terminar de confiar en sí misma (o más bien, en su inestable mente), pero no al punto de sentirse una potencial traidora: ¿qué pasó en esos seis meses en una prisión rusa que todavía no puede reconstruir desde su memoria? ¿Llegó a soltar información sobre otros agentes o informantes con los que trabajó? ¿Es una traidora o potencial doble agente? Por momentos la percibimos como una reversión del Brody de la primera temporada, de quien los espectadores no terminábamos de saber sus verdaderas intenciones hasta que pasaba a la acción, pero lo cierto es que ni ella tiene toda la información.

Otro factor que le da impulso a Deception indicated es la decisión de reunir esta vez rápidamente a Carrie con Saul, quien se encuentra negociando una paz en Afganistán para que las tropas estadounidenses puedan retirarse con garantías de una situación estable. La decisión de Saul de llevar a Carrie nuevamente al campo para que averigüe las verdaderas intenciones de los talibanes puede sonar un tanto arbitraria, pero la serie resuelve ese enigma no explicándolo, sino yendo directo al grano. Carrie se va de la institución donde la están tratando, a pesar de las objeciones médicas y psiquiátricas, retornando a Kabul, el territorio que durante muchos años fue suyo pero ya no lo es tanto.

Mientras Carrie se adentra nuevamente en el campo, Saul hace política como puede, tratando de mantener a flote la frágil negociación entre los talibanes y el gobierno afgano, a la vez que sostiene un inestable vínculo con Tanseem Qureishi, quien encabeza la representación de Pakistán. Con ella hay un rencor de larga data, que viene de la cuarta temporada, que incluyó un ataque terrorista a la embajada estadounidense en el que la inteligencia pakistaní fue cómplice. ¿Puede Saul confiar en ella? ¿Ella confía en él? Los diálogos entre ambos son tensos y ahí la serie aprovecha para tirar un par de apuntes políticos sobre cómo Estados Unidos interviene siempre en otros territorios: primero con la decisión de arreglarlo todo a las piñas, luego con ansias de irse de una vez por todas.

Pero hay alguien más con una misión: es Max, quien debe ser acompañado por un pelotón de soldados estadounidenses en pleno territorio talibán para reparar un dispositivo que permita escuchar a los talibanes y saber qué andan tramando. La primera fase es exitosa, a pesar de algunas escaramuzas donde el pobre e inexperto Max la pasa mal: el dispositivo funciona, la información llega y el informático hasta consigue caerle simpático a los soldados, que incluso lo consideran una especie de amuleto de la buena suerte. ¿Pero hacia dónde continuará esa línea narrativa? ¿Cómo se unirá con lo que está pasando en Kabul?

Lo cierto es que el mayor peso del relato de Deception indicated se lo lleva la incursión de Carrie tratando de contactarse con un antiguo informante, para terminar enterándose de que los talibanes lo asesinaron tras enterarse de que trabajaba para la CIA. Supuestamente nadie sabía de él, Carrie nunca filtró información… ¿o sí? La paranoia de Carrie se refuerza y casi que llega a su clímax hacia el final del capítulo, cuando está esperando para reunirse con el Presidente de Afganistán y de la oficina del mandatario sale nada más y nada menos que Yevgeny Gromov, el agente ruso que la tuvo en cautiverio. ¿Qué están haciendo los rusos en Afganistán? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Hay un papel que juega Carrie en sus planes? Seguramente esta última temporada de Homeland gire alrededor de estos enigmas, aunque no hay que descartar que a mitad de camino queme todos los puentes y haga un giro de ciento ochenta y grados. Al fin y al cabo, siempre ha sido su costumbre.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.