Título original: In the Shadow of the Moon
Origen: EE.UU.
Dirección: Jim Mickle
Guión: Gregory Weidman, Geoffrey Tock
Intérpretes: Boyd Holbrook, Cleopatra Coleman, Bokeem Woodbine, Michael C. Hall, Rudi Dharmalingam, Al Maini, Quincy Kirkwood, Sarah Dugdale, Rachel Keller, Ryan Allen, Tony Nappo, Philippa Domville
Fotografía: David Lanzenberg
Montaje: Michael Berenbaum
Música: Jeff Grace
Duración: 115 minutos
Año: 2019
6 puntos
EL RUIDO DE UN TRUENO
Por Cristian Ariel Mangini
No tan sutilmente, luego de la impactante secuencia inicial que abre la película, donde vemos el misterioso asesinato de tres ciudadanos de Filadelfia en 1988, se escucha el sonido de un trueno en las calles. El homenaje sonoro de Ocultos por la luna al brillante cuento de Ray Bradbury El ruido de un trueno da pie a las intenciones de este estreno de Netflix dirigido por el interesante Jim Mickle. Y si bien no se interna en terreno desconocido ni es el más lúcido de sus exponentes a la hora de problematizar sobre los viajes en el tiempo, logra cautivar por la extraña combinación de elementos de noir, thriller, ciencia ficción y drama, aunque no sea igual de sólido en todas sus facetas.
Pero el film comienza en un distópico 2024 con el plano de un edificio que parece haber sido el objetivo de un atentado. Esta imagen críptica es apenas un eco del relato que se terminará de resignificar en el desenlace, cuando todas las piezas puedan reunirse y un astuto medio de engancharnos que se complementa con la brillante secuencia inicial que ya mencionamos. Esta serie de misteriosos asesinatos que ocurren en 1988 despertarán la curiosidad del oficial de policía Thomas Lockhart (Boyd Holbrook), que se encuentra buscando el caso que le permita ascender a detective. Pero la tarea de unir los puntos para encontrar al que parece ser un asesino serial se complica con su vida personal, cuando su búsqueda se transforme en obsesión y el mismo caso se repita cada nueve años, desafiando cualquier tipo de explicación racional.
Lo que inicialmente se plantea como un noir con el clima de neón de los ochentas y la sombría fotografía de David Lanzenberg se torna en un relato psicológico más denso cuando Lockhart se obsesione con el caso que se repite cada nueve años. El problema es que como relato psicológico carece de las virtudes narrativas de, por ejemplo, Zodíaco, y como relato detectivesco nunca vuelve a tener la intensidad que logra en el segmento de 1988. Al contrario, a medida que nos acercamos a la verdad junto al personaje de Lockhart, el film se va tornando más chato y sus secuencias de acción más desprolijas. Finalmente, cuando la verdad nos es revelada, se trata de un largo epílogo explicativo en off que trata de dar una lógica “científica” que sólo puede ser un suspension of disbelief, tornándose anticlimático a pesar de las dramáticas revelaciones. Sin embargo, lo que cautiva es cómo se van entretejiendo los hechos que gravitan en torno al personaje: hay un innegable valor en cómo, a pesar de sus falencias, logra mantenernos interesados en la persecución desesperada, las consecuencias y cómo afecta esto a la vida del pobre Lockhart.
No cuenta con la lucidez narrativa de Looper, el corazón de Volver al futuro o el rigor científico de Primer, pero Ocultos por la luna tiene entre su maraña de géneros y subgéneros una historia valiosa que contar, con un planteo de dilemas éticos y morales que atraen tanto como el perturbado protagonista.