Con gran austeridad en las formas (ausencia de sala de prensa, espacios de promoción reducidos, entre otros asuntos) que huele más a fin de ciclo, con una gestión que culmina en diciembre próximo, comenzó este sábado la 34ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que contó en su ceremonia de apertura con un emotivo homenaje al ex presidente del certamen, José Martínez Suárez.
Durante el encuentro se entregó el Astor de Oro póstumo a la memoria del director de Los muchachos de antes no usaban arsénico, película que fue la elegida para inaugurar oficialmente el Festival. “Es una noche muy emotiva en la que celebramos a una persona como José, que me marcó mucho. Su humildad e integridad fueron los valores que lo llevaron a ser un maestro que nos enseñó que lo más importante del cine son las películas”, dijo Ralph Haiek, titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Haiek fue el encargado de entregar el premio Astor de Oro in Memoriam a los familiares y colaboradores más cercanos de Martínez Suárez. Fue su hija, María Fernanda, la que agradeció y manifestó: “José estaba orgulloso de trabajar en nuestro festival, porque quería mucho al público marplatense. Agradezco a Ralph Haiek y al Instituto y quiero compartir este reconocimiento con la ENERC y todas las escuelas de cine del interior, de donde mi padre decía que venían los mejores guiones”.
También la directora artística del Festival, Cecilia Barrionuevo, tuvo su reconocimiento para el legendario realizador. “Esta es la primera edición en la que no nos acompaña José, un pilar del festival y del cine argentino. Su trabajo y su pasión estarán siempre con nosotros, y las veremos reflejadas en los distintos homenajes que preparamos para recordarlo”, señaló.
Uno de los momentos destacados de la noche fue la distinción para la actriz Graciela Borges, quien fue reconocida con el Premio Astor a la Trayectoria, el cual le llegó de manos de las actrices Leonora Balcarce y Romina Richi y el actor Gastón Pauls.
Borges también se sumó a los homenajes y remarcó que “esta noche es de José”. Y agregó que “durante muchos años vine a este festival en donde lo conocí. De él tuve todo el cariño, apoyo y siempre palabras preciosas. Su deseo era que las nuevas generaciones no perdieran la búsqueda artesanal. Es indispensable que haya jóvenes cineastas con nuevas miradas, para que el cine permaneciera vivo”.
Así comenzó oficialmente el 34° Festival de Mar del Plata, que en verdad ya lo había hecho desde el mediodía. A lo largo del sábado se pudieron vera salas colmadas y mucha expectativa por parte del público. Quedan nueve jornadas más, con 500 proyecciones, 300 películas de todo el mundo y actividad en 15 salas. Un Festival que se achica en varios sentidos, pero que se mantiene grande al calor de un público que siempre responde.