En un paso clave para terminar de ganar un lugar como productor de cine institucionalizado, el gigante de streaming Netflix se sumó a la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, más conocida como MPAA por sus siglas en inglés, el mayor lobby de la industria de cine norteamericana.
Se sabe del conflicto que hubo entre Netflix y el Festival de Cannes, donde no se lo reconoce oficialmente y se le ha impedido participar de la competencia por la Palma de Oro. Sin embargo, la compañía logró el año pasado premios en el Festival de Venecia y en las últimas horas logró colocar a uno de sus films como el máximo aspirante al Oscar, la mexicana Roma.
Pero además de las nominaciones por la película de Alfonso Cuarón hay que sumar a las conseguidas por La balada de Buster Scruggs y dos cortos documentales. Esto ratifica el peso ascendente del productor de contenido por streaming dentro de la industria.
La MPAA está integrada por los seis mayores estudios de Hollywood: Disney, Fox, Paramount, Sony, Universal y Warner Bros. Sin embargo, cuando Disney absorba finalmente a Fox quedará con un miembro menos, lo que supondrá una pérdida de entre 10 y 12 millones de dólares anuales. Por eso se espera que incorpore a otros servicios de streaming, con Amazon.
El CEO de Netflix, Reed Hastings, y el director de contenido de Netflix, Ted Sarandos, tienen la intención de mejorar el perfil de la compañía. Sarandos aseguró que unirse a la MPAA ejemplifica el compromiso de la plataforma “de garantizar la vitalidad de estas industrias creativas y de las muchas personas talentosas que trabajan en ellas en todo el mundo”.
Por su parte, el CEO de la entidad, Charles Rivkin, dijo a través de un comunicado que está “encantado de dar la bienvenida a Netflix como socio. Todos nuestros miembros están comprometidos a impulsar la industria del cine y la televisión, tanto en cómo contamos historias como en cómo atraer a las audiencias”.