A partir de una denuncia realizada al sitio 0223 por una de las voluntarias locales del 33° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se supo que aquellas personas de la ciudad que colaboraron en diversos roles de la organización todavía no cobraron el sueldo prometido. Sin embargo estalló la polémica entre los mismos voluntarios, luego de que algunos salieran a descalificar a la denunciante.
“Nos dijeron que íbamos a cobrar antes que terminara noviembre, pero no fue así”, relató a 0223 la joven, de la que no se reveló la identidad. La 33ª edición del Festival se desarrolló del 10 al 17 de noviembre y pasaron casi tres semanas desde su finalización. Sin embargo, todavía no tienen noticias del posible cobro.
Fuentes consultadas por Funcinema relataron que en verdad la demora en el pago de las tareas realizadas durante el Festival no es algo nuevo, y ha sucedido en ediciones anteriores. Sin embargo, lo que genera ansiedad en esta ocasión es que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), la entidad organizadora, exigió a los trabajadores suscribirse al monotributo para poder efectuar el pago.
Si bien esa medida fue saludada como positiva en un comienzo, ahora se ha vuelto en contra ya que se acerca la fecha de un nuevo pago del tributo y todavía no se abonó lo prometido: una suma levemente superior a los 10.000 pesos. Serían entonces dos cuotas del impuesto las que se pagarían sin recibir remuneración, lo que reduce la ganancia.
Según pudo averiguar este medio la fecha convenida para el pago era el 30 de noviembre. Pero surgió el asueto bancario por lo del G20 y demoró los pasos administrativos para cumplir con los diversos métodos de pago: hay giros por ventanilla, transferencias a cuentas bancarias y cheques. Supuestamente, entre hoy y el próximo lunes la situación estaría solucionada. Por lo tanto, el grueso de los voluntarios aguardan esa fecha para recibir el dinero convenido.
Se sabe que la organización del Festival de Mar del Plata es eminentemente porteña y desde la ciudad sólo hay lugar como colaborador en diversos roles de la oficina de prensa o de invitados. El funcionamiento es así: los colaboradores son contactados por el INCAA a través del coordinador de voluntarios, Juan Alfaro, quien organiza los equipos. Precisamente la joven denunciante aseguró que no tienen forma de comunicarse con gente de Capital Federal y sólo pueden hacerlo a través del coordinador. “Pero siempre que le preguntamos tiene una excusa distinta”, señaló.
Este comentario motivó la reacción de otro grupo de colaboradores, que salieron a respaldar el trabajo de Alfaro a través de redes sociales y acusaron a la joven de armar “conventillo”, entre otros calificativos. También la polémica se armó dentro del grupo de Whatsapp del que participan los voluntarios del Festival.
Por el contrario, otro de los voluntarios consultados por este medio aseguró que Alfaro se encuentra haciendo las gestiones para que los colaboradores puedan cobrar y respondiendo a todos los mensajes que surgen en el grupo de Whatsapp.
Como si no hubiera alcanzado con el escándalo vivido durante la clausura del 33° Festival de Mar del Plata con el “cierre” del micrófono para jurados y ganadores, y las posteriores acusaciones de censura, ahora se suma una nueva situación irregular, en este caso con los voluntarios. Verdaderamente, de película.