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MAR DEL PLATA 2018: El Festival arrancó entre tormentas

Por Cristian Ariel Mangini // fotos: Gianina Arrayet

(@cristian_mangi)

La gala que dio pie a la inauguración de la 33ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata contó con un elemento inesperado como protagonista: el clima. La tormenta que ocurrió en Capital Federal impidió el normal accionar del Aeropuerto, impidiendo la presencia de invitados, autoridades de la organización y realizadoras que fueron homenajeadas, como Lucrecia Martel y Narcisa Hirsch. Por otro lado, también se manifestó un clima tenso en la sala producto de las diferencias políticas y los recortes presupuestarios hacia el sector de cultura, cuestiones que forman parte de la coyuntura y resultaban casi ineludibles en el marco de una celebración de la cultura cinematográfica. Todo esto no puede opacar, sin embargo, el inicio de esta nueva fiesta del cine, más allá de las desprolijidades que suelen darse en su apertura año tras año.

Tras una recepción que se extendió un poco más de lo esperado, el acto dio inicio apenas pasadas las 21:00 con una serie de agradecimientos a distintos organismos y embajadas, dando pie a la aparición del Secretario de Estado de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto. Su recibimiento con tímidos aplausos fue acompañado de abucheos y murmullos que se incrementaron con cada pieza de su discurso. Consciente de ello, Avelluto aprovecho a indicar “sé que tenemos diferencias” cuando hizo mención al récord de rodajes o al tomar la iniciativa de que agosto sea el “mes del cine argentino”, al igual de los “cambios” en “materia de transparencia”; iniciativas que fueron recibidas con poca credibilidad por parte del público, que por momentos parecía dialogar molesto con el funcionario. El clima se tornó más hostil cuando antes de retirarse coronó su discurso diciendo que “por encima de la grieta, todos queremos que el cine siga creciendo”, haciendo alusión al desafortunado concepto político que permanece en boga y resulta tan ambiguo como engañoso.

La presencia de Ralph Haiek, presidente del INCAA, no fue recibida con el mismo rechazo, aunque también fueron frecuentes los murmullos, en particular al hacer hincapié en agradecer la declaración de interés por parte del Senado de la Provincia de Buenos Aires y la intendencia de la ciudad, llamativamente omitiendo el nombre de Carlos Arroyo (que tampoco estuvo presente en la ceremonia). Sus reiteradas menciones al clima como un “obstáculo” pareció por momentos también extenderse al clima tenso en la sala. Completamente distinto fue el recibimiento al presidente del festival, cargo que tiene desde el 2008, José Martínez Suarez. Sus palabras y agradecimientos fueron breves pero recibió múltiples aplausos y elogios, en particular al indicar -como suele hacerlo todos los años- que esta es la mejor edición del festival.

Las palabras de Cecilia Barrionuevo, nueva directora artística del festival, estuvieron destinadas a describir las novedades de esta edición, luego de leer unas palabras del vicepresidente del INCAA, Fernando Juan Lima, que no se hizo presente por los vuelos cancelados a raíz de la tormenta. La presentación del jurado y los programadores, la ampliación de la sección Work in Progress y la inclusión de la tradicional sección de Estados Alterados como parte de la competencia fueron algunas de las novedades más resonantes, pero la más importante es que se trata del primer año del foro de Cine y Perspectiva de Género. Esta sección destinada al debate y a la presentación de distintos tópicos en torno a la igualdad de género en diálogo con la industria cinematográfica implica, según destacó, el “compromiso del festival por la igualdad”, llevando también a la firma de un documento por la paridad.

El segmento final del acto estuvo acaparado por la entrega de los tradicionales Astor a la trayectoria, que en esta edición homenajea a las directoras Narcisa Hirsch y Lucrecia Martel, y a la actriz Mercedes Morán. La primera en recibir el premio fue Morán, que agradeció la distinción compartiéndola con aquellos directores y directoras que la han dirigido, haciendo mención particular a Ana Katz, con la que trabajó en la película de apertura del festival: Sueño Florianópolis. Sin embargo, su discurso no se limitó a los agradecimientos: también hizo mención al temor de que esta edición del festival no se realizara por los recortes presupuestarios en el área de cultura, confrontando el discurso positivo de Avelluto. Por otro lado, ni Hirsch ni Martel se hicieron presentes para retirar sus respectivos premios, también por el clima tormentoso que llevó a cancelar vuelos. En el caso de Hirsch subió en su lugar la directora Daniela Mutis, que brevemente hizo alusión a rescatar la faceta experimental de la directora homenajeada. Por su parte, Martel se encontraba viniendo hacia la ciudad, por lo tanto recibiría el premio en el día de hoy.

Antes de dar lugar a la función de apertura hubo espacio para algunas palabras de Ana Katz, que se refirió a esta coproducción con Brasil y manifestó estar “conmovida y agradecida” por el espacio que se le dio. Por otro lado, se refirió al valor de la tarea del INCAA como un organismo que además de cuidar la inserción en el mercado de los distintos films, debe dar espacio a películas personales, experimentales u óperas primas de nuevas voces, para no estar sometidos a las necesidades del “éxito de taquilla”. En síntesis remarcó que “cuidemos nuestro cine dentro del mercado, pero también como herramienta de batalla”. Sin embargo, el torpe alargamiento que siguió a sus palabras -presentando a una parte de su equipo de trabajo- , admitido desde la misma organización del evento como una necesidad de “hacer tiempo”, hizo que perdieran intensidad algunos de los conceptos que arrojó con audacia sobre el final de la gala, dando lugar a la proyección de Sueño Florianópolis.

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