Funcinema

La respiración

Muy Buena


LO QUE SE NECESITA PARA VIVIR

Por Juan Cruz Bergondi

(@funcinemamdq)

Todas las comedias románticas dicen algo sobre nuestro tiempo. Puede que haya quien entienda lo contrario, que reproducen un molde hasta el hartazgo, y que no aportan nada nuevo. Sin embargo, para pruebas sobra un botón: La respiración, de Alfredo Sanzol, que dirige Lautaro Perotti en Timbre 4, no es igual a ninguna otra. No lo dice ni el Premio Nacional de Literatura Dramática que ganó allá en España el año pasado ni la cantidad de público que la fue a ver. Hay, en su tratamiento, un valor preponderante, que es la honestidad; y en su factura, un valor precioso: la sencillez.

Es momento de que Nagore, separada de su marido hace un año, empiece a vivir otra vez. Maite, su mamá -y si no, quién mejor-, le abrirá para eso las puertas de su grupo de yoga. La troupe está conformada por Andoni -el profesor-, Iñigo -su hermano fisioterapeuta-, Mikel -su hijo preparador físico-, y Leire -la novia de Mikel-. La mamá de Nagore -en una bella maniobra que salta el paredón de los prejuicios- es el primer repositorio del deseo de los tres hombres, que se extenderá por la obra entera. Todos, más tarde o más temprano, terminarán por desearse entre sí. La respiración es en esencia un intercambio con el medio. De lo que se respira, se vive. Y qué lindo si -como dice la canción- el amor está en el aire.

La apuesta de Perotti -un joven actor y director de amplia trayectoria- es por los actores. Sanzol dispone una dinámica que fluye sólo si lo demás funciona. Para que las cosas parezcan simples, hay que trabajar mucho. El ritmo que logra imprimir el director es el verdadero sostén. En La respiración han fabricado una naturalidad que calma, que le da lugar a la risa y, también, a la emoción. El elenco es -empezando por Julieta Vallina, quien pinta llena de matices al eje gravitacional de toda la obra: Nagore- impecable. Sobre el tiempo que le toca vivir, en La respiración se entrevén algunas cosas: las fantasías son necesarias -y allí la pasión no debe tener barreras de ningún tipo-, pero para cuando haya que encarar la realidad mejor empezar por amarse uno mismo.


Dramaturgia: Alfredo Sanzol Elenco: María Fiorentino, Federico Liss, Julieta Vallina, Juan Guilera, María de Pablo, Mario Bódega Asistente de dirección: María García de Oteyza Vestuario: Cinthia Guerra Escenografía: Lautaro Perotti Diseño de iluminación: Ricardo Sica Fotografía: Francisco Castro Pizzo Prensa: Marisol Cambre Producción: Jonathan Zak, Maxime Seuge Dirección: Lautaro Perotti Duración: 75 minutos Sala: Timbre 4 (México 3554, CABA) – Viernes a las 20:00 y domingos a las 17:00. Hasta el 25 de noviembre.

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