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Recapitulación de The walking dead: The key

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

Últimamente, los capítulos de The walking dead pueden dividirse fácilmente en partes interesantes –o medianamente atractivas-, y muy poco interesantes, o directamente redundantes, prescindibles. The key es un buen ejemplo de esta estructura: hay elementos que indudablemente impulsan la narración hacia adelante, pero otros que la estancan por completo.

Comencemos primero con lo descartable: todo el dilema moral que vive la gente de Hilltop –o más bien, ese cuarteto femenino conformado por Maggie, Rosita, Michonne y Enid- alrededor de unas visitantes que proponen una transacción que podría ser provechosa o quizás tramposa es definitivamente aburrida. Muy aburrida. No hay tensión verdadera alrededor del debate que se arma entre las cuatro protagonistas respecto a qué hacer con ese trío bastante particular que plantea intercambiar conocimiento por comida. Todo es ampuloso, estirado y la necesidad de establecer conexiones con la reciente partida de Carl hace todo aún más impostado, con lo que se nota aún más el problema de tener a la mayoría de los personajes encerrados en un pequeño espacio. Solo la soltura y solidez en el desempeño de Jayne Atkinson como Georgie aporta algo de credibilidad, y hasta logra sobre el final que resulte mínimamente verosímil la súbita nobleza de su personaje, que en el final tiene un acto cuasi filantrópico para con Maggie y su gente, a los que les entrega no solo un libro con un montón de información para que salgan adelante, sino también buena parte de la comida que tenía disponible. Aún así, todo este tramo está de más.

No es casualidad entonces que Rick, el único personaje que aporta algo de movimiento, protagonice lo más rico de The key. Su pulsión por enfrentarse a Negan lo lleva a encarar una persecución bastante mal filmada, seguida de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el líder de los Salvadores que es ciertamente potente a partir de su acertado uso del encuadre, la oscuridad y el fuera de campo como factores expresivos y climáticos. Si en el duelo verbal que habían tenido en The lost and the plunderers el ganador había sido claramente Negan, acá es Rick el que se impone, no solamente por el dominio físico de la situación, sino también por cómo triunfa discursivamente, descolocando a su enemigo al hacerle saber –de manera involuntaria- que su lugarteniente, Simon, asesinó a todos los Basureros.

Es precisamente Simon, junto a Dwight, el otro gran protagonista de The key. A partir de la desaparición de Negan, decide aprovechar su oportunidad para tomar el liderazgo de los Salvadores, para hacer lo que venía ansiando concretar desde hace un rato largo: llevar a fondo la guerra contra Rick, Maggie, Ezequiel y todos los demás, para liquidarlos de una vez por todas. Para eso, cuenta a su favor con la evocación banal a la figura de Negan, pero también de Dwight, que seguramente pensó que era conveniente sacar a Negan de la ecuación, aunque empieza a darse cuenta de que posiblemente el remedio es peor que la enfermedad.

El plano final de The key es posiblemente lo más movilizador que brinda el episodio: Negan escapó casi por casualidad del hacha de Rick, pero ahora está bajo la custodia de Jadis, quien como única superviviente de los Basureros, seguramente querrá su propia revancha. El enigma sobre qué sucederá entre estos dos personajes eleva el interés de cara a los capítulos restantes de la temporada.

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