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Las confesiones del Sr. Schmidt (2002)



UN FILM DE JACK NICHOLSON

Por Guillermo Colantonio

(@guillermocola)

En Las confesiones del Sr. Schmidt hay drama, road movie, comedia. También, ideas importantes (la vejez, la soledad) jamás entorpecidas gracias al registro contenido que la cámara y el guión de Alexander Payne hacen posible. Sin embargo, pese a todo, hay que decirlo: la película es Jack Nicholson.

Todo se conjuga en la enorme interpretación de este monstruo cinematográfico que encarna a un hombre mayor, recién jubilado,  que debe enfrentar un proceso de autoconocimiento a partir de las circunstancias que le tocan en una etapa de la vida donde los balances se vuelven peligrosos. Y para ello ofrece el  cuerpo como un mapa a través del cual focalicemos la mirada. Nicholson demuestra ser un excelente comediante y construye una imagen que rinde tributo a los grandes del género a partir de elementos que determinan su existencia: un piloto, un peinado a la cachetada, los gestos y los movimientos propicios para la aparición de gags.

A no confundirse: que el tono sea más asordinado y menos histriónico que el de las películas anteriores del director, no implica que excluya a la película de la comedia de observación. Sobre todo porque la historia camina la mayor parte del tiempo sobre la cornisa que la separa de la tragedia pero sabe correrse en los momentos justos (nótese la escena en la que descubre la infidelidad de su mujer). En algún punto Schmidt es un niño con espíritu chapliniano, sensible, inmaduro, ridículo, impredecible, capaz de ponerse a la altura de su interlocutor (Ndugu Umbu, un niño huérfano de Tanzania al que apadrina y se comunica a través de cartas) y el plano final (hermoso, por cierto) es catártico, pero también es el punto culminante de un procedimiento que sale bien parado: la conjunción del estilo sutil del director con la interpretación de Nicholson. Es el momento donde toda la película se resume y se cierra en un rostro inolvidable capaz de sacar por única vez la emoción contenida la tragedia interior de un hombre ridículo. Esta es la película que traza un camino más que saludable en la carrera de Payne.

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