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Funcinema

De los innumerables desencuentros de dos suicidas en una cornisa


Excelente


VOS, ¿DE QUÉ LADO ESTÁS?

Por Virginia Ceratto

(especial para @funcinemamdq)

Conmovedora.

Como hace veinte años en su estreno cuando la dirigiera su autor y la protagonizaran el actual director y como actriz Asunción Bellido, a quien en esta puesta se rinde un sentido -y el término no es un cliché- homenaje que todos agradecemos, estos Innumerables desencuentros… nos dejan el alma en vilo. En una cornisa.

Desde su largo e inusual título, una obra que nos interroga, todo el tiempo.

Albert Camus escribió que “sólo existe un problema filosófico serio, y es el suicidio: juzgar si la vida merece la pena vivirla o si no, es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”.

Y creo que también de la literatura. Y en el teatro, antecedentes célebres como la Ofelia referida en estos Desencuentros… dan cuenta de esto.

¿Un suicida es un cobarde? ¿Un suicida es alguien para quien la vida se ha tornado, en el sentido literal del término, insoportable? ¿El suyo es un acto dedicado a frustrar a otro o es un acto de valentía para terminar con un horror sin fin?

Desde el texto original de Marán, en donde el desamor campea y brilla en absoluta presencia y a la vez paradojalmente golpea insistiendo en la necesidad, también absoluta, de amor, y por lo tanto, de esperanza, hasta esta puesta de Alías, en la que precisas referencias a nuestro tiempo -veinte años con mucha política bajo el puente-, la obra introduce de lleno al espectador y lo interroga: sabiendo que no existe vida si la esperanza se pierde, sabiendo que el mundo es un matadero para aquellos que han perdido toda posibilidad de creer en un cambio.

¿Qué tipo de sociedad queremos contribuir a formar? ¿De qué lado queremos vivir en una sociedad injusta, en donde reina la indecencia, una sociedad que, independientemente del sentimiento, pone a las personas en el margen, en ese margen que es una cornisa?

Cada uno tendrá su respuesta, y será mejor, si la podemos definir en actos.

Una dirección impecable de Lalo Alías, quien seguramente debió transitar su experiencia como actor, despojarse, atravesar el sentimiento y el tiempo para dar forma a esta versión, y las actuaciones brillantes de Natalia Escudero y Héctor Martiarena, nos vinculan con esa Ella y ese El, o con Juana y Rodolfo, o con nuestros propios nombres por momentos, o con un familiar o amigo, o con el desconocido que, como dice Galeano, sale en la crónica roja de la prensa local (aquí en formato de partes forenses).

Y el vínculo se transforma en relación. En un espejo con fondo de cielo -proyección de Verónica Paz- que, como cada día de nuestra vida, puede ser el paisaje de un vuelo o la ambientación de una caída libre. Un salto al vacío en acantilado a pique.

Y esto vale para cada uno de nosotros como protagonista o como testigo, amigo, pariente, espectador. Porque no somos islas. Y la propia muerte o la ajena, que tarde o temprano, lo sabemos, gana, nos interroga.

La obra nos recuerda que algunos no tienen elección, los que de verdad han llegado a la cornisa, y tal vez esté en nosotros ayudarlos a salir de ese margen que también nos define. Porque somos (o no) seres sensibles y somos (nos guste o no, por acción u omisión) seres políticos.

De los innumerables… nos dice que probablemente no seamos filósofos avezados y no podamos responder a esa gran pregunta de Camus acerca de la filosofía, pero seguramente, podemos responder con actos a ese otro interrogante que marca de qué lado queremos estar.

El autor, el director, los actores, el técnico (Marcos Moyano) se comprometen cada lunes, la responsable de la sala Viviana Ruíz, dan su respuesta.

Ser parte de la obra -ni más ni menos que participar en la comunión del teatro- y analizar qué hemos hecho con nuestra vida y también en relación con el otro, antes y después de salir de la sala, de la comodidad de una butaca de espectador, será la nuestra. Y que cada cual se haga cargo de su conciencia.

Imperdible. Gracias.


Dramaturgia: Marcelo Marán. Dirección: Lalo Alías . Intérpretes: Natalia Escudero y Héctor Martiarena . Vestuario: Héctor Martiarena . Asistencia artística: Marcelo Marán . Sala: El séptimo fuego (Bolívar y 14 de Julio), lunes a las 21:00 .

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