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MAR DEL PLATA 2017: entre la lluvia y las venas con celuloide de Martínez Suárez

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Foto: Diario La Capital.

El tiempo, elemento fundamental del cine cuanto mecanismo narrativo, lo fue también en cuanto condicionante para la apertura del 32° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata que se realizó en la tarde-noche de ayer. El viento y la lluvia complicaron los planes de ceremonia con alfombra roja, y todo quedó en un paso breve de invitados, funcionarios y demás estrellas (algunas internacionales, muchas de cabotaje) que terminó con un presentación disimuladamente austera, bien en la senda de recortes presupuestarios (y de películas) que evidencia esta edición por lo bajo.

La gran figura de la noche, más allá de la presencia de Claude Lelouch luciendo campera de cuero demagógica con la inscripción “Argentina” en su espalda, fue José Martínez Suárez. El presidente del Festival no sólo fue homenajeado por sus diez años al frente de la muestra, sino que además fue el dueño de la frase más brillante de la noche: “Me cuidé mucho de estar cerca de quien fumaba porque es cierto que tengo celuloide en las venas”, dijo al momento de su discurso.

Lo más rutilante, dentro de una ceremonia apagada conducida con algunos problemas de timing por Axel Kuschevatzky, fue la presencia de la Orquesta Sinfónica Municipal ejecutando la música de Un hombre y una mujer, de Lelouch, que agradeció de pie la catarata de aplausos. El director francés recibió su primer premio internacional allá por los 60’s en Mar del Plata, y uno quiere creer que guarda algún tipo de cariño por la ciudad.

Otro detalle fueron los videos que puntuaron cada homenaje, como el de Martínez Suárez o el destinado a cuatro divas del cine argentino como Mirtha Legrand, Tita Merello, Norma Aleandro y Graciela Borges. Videos sintéticos, bien editados, hechos con criterio, repasando de manera económica aquellos elementos indispensables que hacen de cada personaje una figura para recordar. A la hora de los agradecimientos, fue Aleandro quien subió al escenario (Legrand tuvo un accidente en la ruta y se tuvo que volver, Borges tenía compromisos laborales con el próximo film de Pablo Trapero) y la que volvió a poner el balón en el centro del juego, recordando otra vez a Martínez Suárez.

Volviendo al presidente del Festival, Martínez Suárez tuvo el discurso más encendido, al destacar que si fueron “diez años importantes”, también “lo fueron otros años”. Aunque en ese sentido resaltó que “la memoria es selectiva, y que uno selecciona los buenos momentos”. Sin embargo, la parte enfática vino al final: “Apoyen al cine argentino, a la literatura argentina y a los maestros argentinos, que los cuiden, los respeten y les aumenten el sueldo”, dijo, invitando a ir para adelante “pero mirando para atrás para no cometer los mismos errores”.

Por parte de las autoridades, fueron el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Ralph Haiek, y el vice, Fernando Juan Lima, los encargados de entregar las palabras oficiales. Como viene ocurriendo desde que se formó esta dupla (recordemos que Haiek tomó la presidencia hace unos meses luego del polémico despido de Alejandro Cacetta), el primero es el encargado del discurso administrativo y el segundo el de la mirada más romántica.

Haiek pareció hacer algunos tiros por elevación a los sectores que cuestionan el funcionamiento actual del INCAA al señalar que la presencia de un mercado como el Filmar, hace que “el cine nacional crezca en el mundo” y que “tener festivales, tener mercado, es apostar al cine argentino”. Sobre la programación del Festival, aseguró que no se puede puntualizar en ninguna película: “Hay que abrir la grilla, elegir una y seguro que será buena”.

Por su parte Lima recordó sus épocas de espectador, cronista y cinéfilo, al resaltar que estaba mirando la grilla por si le daban los tiempos para ir a ver alguna película a la medianoche. Contento con estar en la ciudad, dijo que Mar del Plata representa “nuestra historia y nuestra cultura, nuestro lugar de libertad, de descanso y de encuentro con amigos”.

Y aseguró que la persistencia ininterrumpida del Festival desde 1996 “tiene que ver con políticas culturales que trascienden a todos los gobiernos. Sentimos a Mar del Plata un poco nuestra, y es por eso que sentimos al Festival nuestro y cuidamos este espacio de debate”.

El último funcionario en subir al escenario fue el director artístico Peter Scarlet, quien repitió un poco su juego de la presentación de hace una semana en el Museo MAR, al arrancar hablando en español para demostrar que lo maneja más bien poco y continuar en inglés. Volvió a recomendar algunas de las películas que recomendó días atrás ante la prensa, y con su carisma bastante especial presentó a Serge Bozon y Piérre Leon, director y actor -respectivamente- de Madame Hyde, la película de apertura protagonizada por Isabelle Huppert.

Fue el último paso protocolar de la noche, para cerrar la primera jornada del 32° Festival que había arrancado a las 15:00 con las primeras proyecciones y dejar a todos con Madame Hyde. Un arranque bastante tibio, que esperemos se amortice con una buena dosis de gran cine.

Como destacado, señalar lo que ha pasado con varios colegas, como los del sitio Visión del cine, que por las desprolijidades y destratos habituales del INCAA se han quedado sin la posibilidad de participar del Festival. Así, la cobertura de Mar del Plata pierde la presencia de un sitio que siempre lo ha cubierto, con profesionalismo y seriedad. En todo caso serán criterios editoriales del INCAA, sobre quién puede y quién no, que podemos aceptar pero que no compartimos en lo más mínimo.

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