Por Rodrigo Seijas y Mex Faliero
-Lunes 2, a las 20:25 por FX Movies, Idiocracia. Mike Judge, creador de la serie Beavis y Butt-Head, entrega esta comedia distópica repleta de ideas atractivas, donde la humanidad se ha ido degradando en su cultura y sensibilidad hasta extremos increíbles, potenciando el consumismo al máximo. Pero el mayor mérito del film es no quedarse en los meros apuntes cínicos, sino construir un relato de crecimiento, interacción e identidad, que enhebra posibles alternativas frente a una autodestrucción que parece irremediable. Luke Wilson está muy bien y lo secundan en gran forma Dax Shepard, Maya Rudolph y, claro, Terry Crews como el Presidente Camacho, un personaje que anticipó los modos y pensamientos de Donald Trump.
-Martes 3, a las 10:00 por CINE.AR, La burrerita de Ypacaraí. La dupla Armando Bó e Isabel Sarli, y otra de esas películas que con el tiempo alcanzó el estatus de culto: como siempre la mujer deseada, en este caso una humilde burrerita, y un amor imposible, el de la protagonista con un delincuente profesional. Historia de pasiones, romances tórridos y un erotismo retratado con alto grado de kitsch. Tal vez inconscientemente, Bó y Sarli construyeron el cuerpo de obra más raro de la historia del cine argentino.
-Miércoles 4, a las 22:00 por TCM, Candyman. La obra literaria de Clive Barker siempre fue un terreno fructífero para el cine, a partir de su capacidad para plantear universos y premisas tan terroríficas como atractivas. Este film de Bernard Rose se basa en una historia corta del autor para construir un relato un tanto esquemático pero con un villano de inmediatas características icónicas. Torturado y torturador, víctima y victimario, malo y maldito, el Candyman es también en parte una creación de Tony Todd, que en su interpretación le aporta un tono tan sofisticado como salvaje.
-Jueves 5, a las 19:10 por Fox Classics, Enemigo mío. En medio de los 80’s, con el cine fantástico ganando fuertemente la batalla de la taquilla, Wolfgang Petersen construyó otro de sus relatos sensibles sobre la base de géneros y estéticas populares: aquí un humano y un alienígena tienen que construir un vínculo obligado ante el asedio de un enemigo mayor. El espíritu es de supervivencia, pero también de humanismo en un film que destaca por la sabia construcción de sus personajes principales y por las actuaciones de Dennis Quaid y Louis Gossett Jr.
-Viernes 6, a las 07:40 por Max Prime, La última cena. En algún momento esta comedia negra indie de Stacy Title alcanzó cierto grado de popularidad debido un poco a su ingeniosa construcción, pero fundamentalmente al desparpajo de varios de sus pasajes. Un grupo de amigos liberales (liberales yanquis, se entiende) se juntan a cenar y convocan de invitado a alguien ajeno a sus pensamientos, con la intención un poco de darle algún tipo de lección moral pero fundamentalmente -y sin que se den cuenta- de instalar una verdad de modo imperativo. En determinado momento la situación se les va de las manos, y el film se vuelve decididamente espeso y macabro. Resaltan, además, unos jóvenes Cameron Diaz, Bill Paxton y Jason Alexander, entre otros.
-Sábado 7, a las 10:15 por HBO Plus, Blade runner. A sólo días del estreno de su continuación, vale la pena revisar este clásico de culto dirigido por Ridley Scott y basado en una novela de Philip K. Dick. Con el protagónico de Harrison Ford, el film arma un relato donde la ciencia ficción se da la mano con el noir, con un ritmo pausado, climas sugerentes y pasajes donde prevalece lo enigmático. En su momento fue un fracaso, pero con el paso de los años fue demostrando una notable influencia estética en otros exponentes de la ciencia ficción. Una película que indudablemente se anticipó a su tiempo, aún conserva vigencia y cuenta con performances icónicas de Sean Young, Edward James Olmos y especialmente Rutger Hauer, notable en su papel del replicante en busca de una identidad.
-Domingo 8, a las 22:30 por Film&Arts, Disparos sobre Broadway. Antes de comenzar el camino más irregular de su carrera, Woody Allen se despachaba aquí con una de sus últimas grandes comedias sutiles: aquí la habitual mirada retrospectiva del autor deja de lado la nostalgia (elemento fundamental en su cine que mira al pasado) para volverse más punzante y ácido. Un autor teatral, un guardaespaldas con sensibilidad artística, amantes, mafiosos y demás personajes cruzan este film plagado de notales ideas y un diseño de producción bellísimo. Un film algo olvidado que merece una revisión.