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Recapitulación de The walking dead: Mercy

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

El arranque de temporada de The walking dead fue cuando menos desconcertante y hasta un tanto insatisfactorio. Mercy es un capítulo que desde su estructuración narrativa se propone de manera deliberada desestabilizar al espectador y por momentos cae en una pose, en una gestualidad de lo complejo, que es un tanto improductiva y que ciertamente viene afectando desde hace rato a la serie en su conjunto.

Sí es necesario destacar en Mercy el estupendo trabajo de montaje, que permite mantener una fluidez en la narración a pesar de la alternancia permanente entre momentos de espera y acción, entre el presente que implica el ataque y asedio al Santuario, y esos pasajes sueltos, casi atemporales e idealizados, que hablan de una existencia que podría o no darse. Pero es difícil respaldar o incluso dilucidar los objetivos de esas idas y vueltas, cuando posiblemente era mucho más factible apelar a una linealidad mayor a la hora de construir ese primer enfrentamiento de Alexandria, Hilltop y El Reino contra las fuerzas lideradas por Negan.

Otro problema pasa por el tono, que hasta llega a condicionar las actuaciones. Hay un intento por crear un clima épico en ese asalto contra el Santuario, que termina de revelarse como fallido, porque las líneas de diálogo son poco creíbles, especialmente las del Rey Exequiel, un personaje que ha ido perdiendo impacto y complejidad a medida que se sucedieron los episodios. Hay giros, actitudes, gestualidades, remarcaciones en los distintos personajes, que demuestran que a los creadores de la serie les está costando mucho hallar un abordaje pertinente para el gran enfrentamiento que seguramente abarque toda esta temporada. La ambigüedad formal no se da la mano con la linealidad que están transmitiendo los protagonistas.

En Mercy hay, es indudable, una atractiva tensión que va escalando progresivamente, sustentada en ese duelo emblemático entre un Rick cada vez más idealista pero también despiadado y un Negan que quizás ha estado muy envalentonado y de repente se encuentra con una situación que lo supera, poniendo en crisis su liderazgo. Asimismo, la serie vuelve a demostrar su extrema capacidad para impactar desde lo visual, no solo a partir de los magníficos planos generales de los zombies caminando por la ruta e invadiendo el Santuario, sino también por el preciso juego de planos subjetivos y miradas encontradas entre los personajes. Pero eso solo compensa de a ratos una fragmentación e impostación que introduce demasiados desniveles, en un episodio que igual deja todo en suspenso con el encuentro entre Negan y el Padre Gabriel, un personaje que se ha ido acomodando mucho mejor de lo que podría esperarse al inicio de su recorrido. Ambos están encerrados casi irremediablemente y es difícil saber si habrá un duelo de voluntades o una imprevista unión para salir del acoso de los zombies.

Ya podemos empezar a plantearnos algunas preguntas a futuro: ¿volverá The walking dead a caer en la acumulación de capítulos de transición y sin conflictos palpables? ¿Cómo se irán desandando los caminos emprendidos por los distintos personajes? ¿Continuará la serie apelando a la fragmentación y desestabilización narrativa? Mientras tanto, Mercy es un inicio desparejo, donde las intenciones no terminan de quedar claras.

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