Título original: Diary of a wimpy kid: the long haul
Origen: EE.UU.
Dirección: David Bowers
Guión: Jeff Kinney y David Bowers, basado en el libro de Jeff Kinney
Intérpretes: Jason Drucker, Alicia Silverstone, Tom Everett Scott, Charlie Wright, Owen Asztalos, Joshua Hoover, Chris Coppola, Mira Silverman, Carlos Guerrero, Danny Vinson, Mimi Gould
Fotografía: Anthony B. Richmond
Montaje: Troy Takaki
Música: Ed Shearmur
Duración: 91 minutos
Año: 2017
4 puntos
VIAJE TEDIOSO
Por Rodrigo Seijas
Diario de un chico en apuros, basada en la saga literaria escrita por Jeff Kinney y estrenada en el 2010, era una película bastante interesante en su reflexión sobre ese tiempo dificultoso para muchos llamado infancia y los roles que jugaban instituciones como la escuela y la familia. También tenía pasajes muy divertidos y personajes más que atractivos. A partir de ahí, se disparó una pequeña franquicia, de la cual Diario de Greg: un viaje de locos –editada por TVE y SBP- es la cuarta entrega. Lamentablemente, algo se perdió en el camino y ahora tenemos una película desangelada.
Algunos fans atribuyeron esta caída en el nivel al cambio de elenco, que fue tan súbito como completo, abarcando a todos los protagonistas. Pero lo cierto es que el problema de Diario de Greg: un viaje de locos no es actoral sino narrativo: ese viaje que debe emprender el tímido Greg con toda su familia para asistir al cumpleaños número 90 de la abuela nunca termina de adquirir la fluidez necesaria como conflicto central. Hay indudablemente una voluntad bastante fuerte por convertir al planteo en una aventura donde el sentido de pertenencia al núcleo familia debe repensarse, pero solo en algunos pasajes la interacción entre los distintos personajes va más allá de la caricatura.
Aunque es cierto que la primera película –dirigida por Thor Freudenthal- también jugaba con la sátira y la hipérbole a partir del uso de las ilustraciones del material original, lo hacía con mucha más inteligencia y sensibilidad, a partir del conocimiento de los elementos estéticos, narrativos y temáticos que se desplegaban. David Bowers, director y co-guionista de esta secuela, replica el método casi en piloto automático, con lo que se queda en el mero gesto autoconsciente. Por eso Diario de Greg: un viaje de locos depende solo de algunos hallazgos aislados –principalmente al comienzo del relato- y su propuesta no escapa a muchos de los lugares comunes característicos de ese cine infantil que subestima a los niños.
En cuanto a los actores, hacen lo que pueden y se nota que están luchando por apropiarse de sus papeles, con lo que no es de extrañar que Alicia Silverstone y Tom Everett Scott, siendo los más experimentados, terminen saliendo mejor parados que Jason Drucker (Greg) o Charlie Wright (Rodrick), que en unas cuantas secuencias entran en el típico festival de morisquetas.
La sensación que transmite Diario de Greg: un viaje de locos es que esa saga que hace siete años reescribía y aportaba cosas nuevas dentro del cine infantil, ha llegado a una instancia de agotamiento. Esto da como resultado un film que arranca exhibiendo puntos de interés pero que rápidamente se desinfla y termina aburriendo. Una verdadera pena.