Buena
LA PASIÓN SIGUE INTACTA
Por Mariana Jaqueline Ramirez
Bodas de sangre es una de las obras más famosas de Federico García Lorca. En esta oportunidad es subtitulada como Un clásico reciclado. Con este texto dramático escrito en 1931, Lorca se propuso hacer una crítica a su época, poniendo en su pluma los temas que más le preocupaban: el poder, la pasión, la muerte, el paso del tiempo. Los personajes que se desprendieron de su imaginación expresan sentimientos profundos movilizados por conflictos que les llegan por herencia, hecho que los lleva a condenar sus destinos.
El peso del texto dramático que condensa al mundo lorquiano está presente y bien transmitido, el desencadenante del conflicto es la boda de la que se desprenden los hechos principales: el rapto y la huida. La sed de venganza de una madre como la del hijo que es pretendiente y futuro marido son movilizados para recuperar su honra. Desde los primeros minutos, la madre (impecable actuación de Julia Azar) transmite su preocupación y miedos hacia el gran acontecimiento que sucederá, sus sospechas por la familia del novio y de los amores que rodearon a la joven se acrecienta. Los contrarios son los amantes, que a pesar de que cada uno forma su propia historia de amor, la de ellos en particular sigue intacta, ambos quieren ocultar su huida presintiendo los problemas que van a tener. Para esta pareja, el pasado está ahí, latiendo más que nunca, la pasión es como un fuego que arde dentro de sus cuerpos y, por más que quieran dejarlo de lado no pueden borrarlo.
El elenco está conformado por actores de varias generaciones, algunos de notable experiencia y otros que se percibe su juventud sobre las tablas. Todos van y vienen por el espacio escénico del que se liberan para caminar por el espacio de butacas declamando textos y cantando canciones pegadizas. Como se percibe, se aprovecha mucho los espacios (escénico y el liminar), dando como resultado una puesta en escena con mucho dinamismo.
El director Cristian Majolo (a quien da vida al amante) adapta este clásico a este siglo ubicándolo territorialmente en Argentina. El joven director toma el texto lorquiano y presenta la puesta como innovadora -que por supuesto lo es- pero corriendo algunos riesgos que rozan ciertas inconsistencias que se vislumbran en la escenografía con elementos que resultan raros para el recorte temporal que se propone transmitir, y con ubicaciones un tanto caóticas para los actores y para la buena visualización del público. La ruptura con el cambio temporal produce confusión, ya que en determinado momento no queda claro dónde está el punto central de la obra. Las miradas se van dispersando por diferentes focos de interés en los que termina quedando diluido el conflicto de la pieza. En pocas palabras, el resultado es una mezcla entre la historia que se pretende contar y la que se cuenta, pues la dimensión entre ellas es estrecha.
Aun así, esta particular obra despierta interés por ser una propuesta renovadora sobre un clásico de clásicos, que se ajusta a un tiempo otro y aprovecha ese tiempo incierto para servirse de los cambios políticos y culturales, haciendo una lectura correcta para los tiempos que corren.
Elenco: Julia Azar, Orlando Alfonzo, Gaby Barrios, Rafael Ferrari, Patricia Galliano, Malena Luchetti, Cristian Majolo, Jimena Martin, David Páez, Julio Pallero, Gianna Pérez Prado, Julieta Puleo, Paula Resnik, Diego Romero, Edgardo Rosini, Valeria Santa Dirección general, puesta en escena y adaptación: Cristian Majolo Asistencia y coreografía: Marco Celentano Asistencia de dirección: Florencia Moeremans Diseño y realización de arte: Micaela Rüdt Minardi Diseño de iluminación: Horacio Chino Novelle Asistencia de producción: Emilio Zineròn Fotografía: Eric Boslok Diseño gráfico: Agustín Medina Prensa y comunicación y realización audiovisual: Heidu Reyes Producción artística: Compañía Aquí y Ahora Teatro: Chacarerean Teatre (Nicaragua 5565, CABA) – Jueves a las 21:00.