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CANNES 2017: Festival en tres crónicas – 3ª La premiación

Por José de Lorenzo

(especial para @funcinemamdq)

Es difícil ponerse en contra de una premiación, ante una programación que demostró tener un nivel tan bajo. ¿Qué premiar, entre peores?

Todos los años, en la última etapa de festival, los pasillos altamente transitados quedan vacíos.  Los casilleros (lockers) de prensa son vaciados y ya no existen funciones más que repeticiones para acreditados al Marché Du Film, que encima culmina dos días antes a la premiación, una repetición de todos los films en competencia oficial para todo tipo de acreditado.

El clima de despojo cual pueblo fantasma describe al Palais des festivals en los dos últimos días. Muchos acreditados deciden no estar presentes en esta especie de velorio que culmina con una gala en la sala Lumiére, a la que hay que asistir de smoking y para la que ya todos los ganadores han sido avisados de sus premios horas antes. Acción por la que no hay que creer cara de asombro alguna al ser mencionados para subir al escenario por la Palma.

En la sala contigua a Lumiére, la Debussy, se proyecta en vivo el tránsito por la alfombra roja y posterior entrega de premios. En esta sala, colmada de prensa y periodistas, la fiesta se vive de otra manera. Hay humoradas, aplausos, silbidos, una reunión más parecida a una juntada entre amigos para ver un partido de fútbol que a una galante premiación. Algunos se jactan al presentar un premio por la diferencia de altura entre Uma Thurman y Cristian Mungiu, el esfuerzo de Almodóvar por hablar en inglés o los malos chistes de Will Smith acumulados a lo largo de todo el festival.

La transmisión es un tanto lamentable, por darles un ejemplo, antes de anunciar a la ganadora a mejor actriz el director de cámaras decide hacer un plano directo a Diane Kruger, que segundos después resulta ser la ganadora.

Por su parte, a Monica Bellucci le tocó ser la anfitriona del evento, y los premios se entregan de tal manera que hay una interacción entre ella y el jurado. Se presenta la categoría (que no son muchas) y luego se da la palabra al presidente de jurado (Almodóvar), que es quien anuncia cada uno de los premios elegidos por el grupo de selectos jurados que lo acompañan a apenas metros y que no impiden demostrar su aburrimiento.

Los ganadores brindaron sus discursos, algunos demasiado largos, otros irrelevantes, Joaquin Phoenix en zapatillas y también hubo lugar para el más corto y gracioso según se destacó, el de Qiu Yang al recibir la palma de oro al mejor cortometraje con un simple: “Fucking amazing!”.

Varios de los films ganadores han sido adquiridos para ser distribuidos en Argentina, entre ellos, la ganadora The square, The killing of a sacred deer, In the fade, The beguiled y Loveless, así que los veremos en nuestros cines.

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