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La maldición de la serpiente

Título original: Bai she chuan shuo
Origen: China / Hong Kong 
Dirección: Tony Ching 
Guión: Tan Cheung
Intérpretes: Jet Li, Shengyi Huang, Raymond Lam, Charle Choi, Zhang Wen, Vivian Hsu, Miriam Chin Wah Yeung, Kar-Ying Law, Suet Lam, Chapman To, Wu Jiang, Tat-Ming Cheung, Dong Han
Fotografía: Kwok-Man Keung
Montaje: Angie Lam
Música: Mark Lui
Duración: 100 minutos
Año: 2011


4 puntos


PURA SUPERFICIE

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

Las leyendas y mitos han sido terreno fértil para el arte cinematográfico y el cine chino ha sabido sacar partido de esa vertiente, aunque con resultados desparejos. La maldición de la serpiente es un ejemplo definitivamente fallido, donde la mixtura de elementos en vez de sumar, termina restando.

El film dirigido por Tony Ching y escrito por Tan Cheung se basa en una popular leyenda del país, centrándose en un joven estudiante (Raymond Lam) que se enamora perdidamente de una bella mujer (Huang Shengyi), desconociendo que ella es una serpiente blanca que ha tomado forma humana. Es ahí cuando interviene un monje llamado Fahai (un Jet Li de taquito) para salvar el alma del joven, desatando toda clase de enfrentamientos y peripecias. Dejando un poco de lado cierto machismo que subyace en el relato originario (y que acá no pasa de tímidas insinuaciones), la película recurre a toda clase de tramas y subtramas, además de perspectivas genéricas, para construir su narración, configurando una historia de 100 minutos en la que pasa de todo.

Lamentablemente, esa apuesta por la acumulación estética y narrativa termina cansando en vez de potenciar lo que se está contando. Las razones son simples: un conjunto de personajes totalmente estereotipados, que nunca van más allá de lo esperable; una equivocación permanente en la elección de tonos y climas (todo está remarcado y hasta gritado); y efectos especiales muy flojos teniendo en cuenta el supuesto nivel de producción del proyecto. Todo eso lleva a que el film jamás genere empatía y que a pesar del drama, la comedia, el romance, la acción y la aventura involucrados, lo que termine imperando es el aburrimiento.

Ninguno de los conflictos desplegados llega a adquirir una consistencia que vaya más allá de lo superficial, con lo que lo La maldición de la serpiente termina pareciendo una versión insustancial de lo que fue en su momento El tigre y el dragón. A veces, ese componente maravilloso que nos cautiva en los relatos legendarios no termina de aparecer en el cine.

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