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Recapitulación de Better call Saul: Mabel

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

ATENCION: SPOILERS

Volvió Better call Saul con su tercera temporada. La serie de Vince Gilligan (y Peter Gould, no seamos injustos) regresó con un capítulo que no sólo es una continuación de la historia, sino que puede ser visto como una verdadera continuación del último capítulo de la segunda temporada: la acción se retoma en el mismo momento en que había quedado meses atrás con la tensa charla entre Jimmy y su pragmático hermano Chuck. El nervio está dado en que todos sabemos que Chuck lo tiene atrapado a Jimmy con la grabación en la que confiesa un delito, pero no sabemos de qué manera la utilizará, visto que como recurso legal no tiene mucho sustento. El regreso fue, a su manera, un capítulo de medio tiempo, que parece avanzar de manera más decidida sobre conflictos fuertes pero como siempre, sin apurar las situaciones: Better call Saul no es una serie para impacientes, trabaja sus temas y la propia expectativa del espectador con cierta malevolencia y dilación. Más aún si tenemos en cuenta que se trata de la precuela de una historia que todos conocemos.

Pero como desde hace varios capítulos, Better call Saul es también la serie de Mike, ese policía que intuimos terminará arrojando al bueno de Jimmy al verdadero lado oscuro que representa Saul Goodman. Entonces, Mike es seguido en sus procesos obsesivos para descubrir quién fue el que le dejó un mensajito en su auto mientras intentaba asesinar a Héctor Salamanca. En esos pasajes, la serie hizo gala de algunos de sus recursos más icónicos, exportados además de Breaking bad: montajes musicales en los que somos testigos de procedimientos llevados adelante por sus personajes. Lo que demuestra no sólo el inteligente trabajo de puesta en escena de Gilligan, sino su ecléctico y notable gusto musical. Aquí lo que vemos es a Mike tratando de averiguar quién lo sigue. El final del capítulo, precisamente, lo muestra en su auto rumbo a un destino que desconocemos: ¿será finalmente la aparición del esperado Gus Fring?

Si Better call Saul parece en apariencia una serie bastante simple (no deja ser un drama de abogados sobre la ley y la justicia, con elementos policiales), sus creadores se encargan no sólo de complejizar la construcción de los vínculos entre sus personajes sino también de sofisticar el aspecto visual con un trabajo fotográfico de excepción (cada comienzo de temporada con sus flash-forward del Jimmy del presente en blanco y negro es perfecto). En la serie las luces y las sombras son precisas, cortantes, impactan visualmente y generan ese relieve, esa rugosidad que hace definitivamente fascinante este universo. Y a esas luces, y a esas sombras, se suma un elenco que juega con absoluta libertad esas criaturas resbalosas y ambiguas.

Seguramente Mabel, el primero de esta temporada, no ha sido un gran capítulo, pero sí es uno que sienta las bases para lo que imaginamos será una serie de revelaciones y explosiones que nos pondrán al límite de la butaca. Claro está, en el tiempo que Better call Saul lo habilita: ese sorbo pausado con el que vemos cómo la cordura se va descascarando paso a paso. Como ese arcoiris que en la oficina de Jimmy y Kim se va despintando lentamente.

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