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Falleció el legendario director de fotografía alemán Michael Ballhaus

El director de fotografía alemán Michael Ballhaus, que trabajó en diversas ocasiones con los directores Rainer Werner Fassbinder y Martin Scorsese, murió en Berlín a los 81 años.

Fuentes de su editorial citadas por los medios alemanes informaron de la muerte del camarógrafo en la capital alemana, donde el año pasado fue galardonado con el Oso de Oro honorífico de la Berlinale.

Se rindió así homenaje a una carrera única que contribuyó a la libertad artística del nuevo cine alemán, según manifestó en su momento el director del festival, Dieter Kosslick.

La obra de Ballhaus engloba alrededor de 130 películas para cine y televisión, entre las que figuran 15 con Fassbinder y siete con Martin Scorsese, así como colaboraciones con otros cineastas como Peter Lilienthal, Wolfgang Petersen, Volker Schlöndorff, John Sayles, Robert Redford, James L. Brooks, Paul Newman, Mike Nichols y Francis Ford Coppola.

Entre sus películas figuran títulos como Martha (1974), de Fassbinder, en la que empleó el giro completo de 360 grados que se convirtió en su sello distintivo.

En el drama El color del dinero (1986), su segunda colaboración con Scorsese, Ballhaus deslizó su cámara en un movimiento similar al de las bolas de billar, mientras que en la comedia romántica Secretaria ejecutiva (1988), de Mike Nichols, la secuencia que abre el filme es un giro espectacular de la cámara alrededor de la estatua de la Libertad para acabar en el ferry de Staten Island.

Entre las películas donde trabajó Ballhaus se cuentan también Los fabulosos Baker Boys (1989) de Steve Kloves; Buenos muchachos (1990) de Scorsese; Drácula (1992) de Ford Coppola; y Quiz Show (1994), de Robert Redford.

En 1990, Ballhaus fue presidente del jurado internacional de la Berlinale y en el 2006 fue condecorado con la Cámara del Festival de Berlín por su contribución al cine.

Al recoger su Oso de Oro honorífico, en febrero del año pasado, el camarógrafo recordó su difícil colaboración con Fassbinder, que, dijo, «no era una persona amable» y podía ser incluso «malo», aunque fue «un gran director y uno de los mejores en Alemania en aquellos tiempos».

A los futuros directores de fotografía les recordó que la profesión requiere «mucha paciencia» y «flexibilidad», e implica «tener ideas de cómo convencer a un director que no tiene ideas».

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