Por Federico Bruno
(NdR: esta entrevista fue realizada en Dixit Programa, que se emite por 95.3 Radio)
“Soy lo nuevo de lo que hemos olvidado”, se define el Indio Solari en Tsunami (de los directores Julio Leiva y Maximiliano Díaz). Si en Piedra que late (2013) conocimos parte de la fauna que se reúne cada vez que el cantante quiere tocar con su banda, esta nueva entrega pretende significarla desde el prisma del que mueve la calesita. El pilar del documental es una entrevista de aproximadamente media hora realizada por Mario Pergolini -también productor general-, desde allí se intercalan escenas del show, testimonios en Tandil y el estudio Abbey Road y un ensayo de la banda sin el cantante (uno de sus integrantes confiesa que hacen el show entero varias semanas seguidas).
Poco o nada está librado al azar en el universo Solari, donde son recurrentes términos como obsesión, misterio y minuciosidad. El testimonio en primera persona -y en hd- constituye un documento único, inédito e histórico. Allí, Solari califica como una “obra de arte” el último disco de Bowie y confiesa admiración por la “aventurera” carrera solista de Gustavo Cerati, con quien comparte músicos en la formación actual de su banda. También acusa a los Redondos de traidores, revela la enfermedad que lo aqueja hace tiempo y dice que viaja mucho a Estados Unidos porque allí está lo que lo formó.
El periodista Julio Leiva, director de ambos documentales, contó los desafíos que le significaron filmar la historia de una figura inmensamente popular que hizo, en antagonismo de su fama, un culto de su vida privada. Decisiones técnicas y estéticas son justificadas por el joven director.
“Sentimos el riesgo todo el tiempo, que estábamos ante algo único y había que tomar decisiones correctas. Quisimos hacer algo para que no sólo lo vea el fanático y la pase bien sino también el que guste de la música en general. Así contamos esta historia en una hora y media. Nos costó mucho”, explica el director de Tsunami, un océano de gente.
-Los artistas infinitos tienen documentales que también parecen serlo, Scorsese tardó tres horas y media en contar a Dylan y las antologías de Beatles suman nueve. ¿Ponés punto final después de Tsunami o te meterías a hacer una trilogía?
No, yo creo que ya está. Nos faltaba esta parte. Contamos en Piedra que late el lado de afuera y nos faltaba el de adentro, tener la palabra del protagonista. Cosa que parecía imposible hace seis años cuando estábamos con el otro proyecto… Fue un camino muy largo que recorrimos a base de esfuerzo junto con Maxi Díaz y el resto del equipo, tuvimos la suerte de cruzarnos en el medio con Mario (Pergolini) y lograr así la posibilidad de la entrevista. Yo creo que es un fenómeno difícil de explicar, después de hacer las dos películas ya no te podría decir una definición de por qué pasa esto con Indio. Aquel que las vea juntas va a tener un acercamiento profundo acerca de lo que tiene que ver con su obra. Tsunami tiene que ver con este momento de él. No creo que sean películas biográficas. Se plantan en este momento de su actualidad, su enfermedad y tratan de describir lo que ocurre cada vez que toca. Aportamos, me parece que con ambas, un acercamiento si no conocés nada y en el caso que te guste verlo de una manera que nunca antes fue vista.
-Dicen que el periodista tiene un radar para detectar el título de la entrevista, ¿cuál fue para vos la frase del Indio que mereció ponerse en letras de molde?
Hay varios títulos: si vas por el lado musical me parece que cuando habla de la traición en los Redondos; en cuanto lo que es su vida el “Yo no sé por qué soy el Indio Solari” me parece que abarca mucho; y hay otra que me gusta que tiene que ver con todo lo que está pasando ahora, con su enfermedad y con la idea de la finitud “La muerte te libera de todos tus compromisos”. Me quedo con estas declaraciones que son para mí las que describen y engloban lo que fue esta última etapa, dicen tanto o más en las entrelíneas.
-También habla de cosas que viene insistiendo hace muchísimo tiempo.
Sí, es verdad. Cuando hacés un raconto de todas las entrevistas que dio vas a encontrar un montón de cosas que ya fueron dichas de alguna otra manera o de esa misma manera, pero acá lo que tiene importancia es que es la primera vez que lo ves. También percibir el recorrido del discurso habla de una persona que tiene un pensamiento y una conexión a través de los años. Te puede gustar o no, pero es innegable la capacidad intelectual del Indio en cuanto a su mirada de ciertas cosas. Hay algo que escapa a la figura y a lo referente a la música: cuando él hace una reflexión casi filosófica acerca de la sobre-vida (esos 30 años después de los 50) muchas personas nos sentimos identificados. Como que fue un mensaje para nosotros. Cuando habla de la ciencia, que la ciencia engendra vida, en algún punto nos toca a todos. Todos esperamos llegar a esos años y hay que ver cómo vivirlos.
-¿Cómo fue trabajar el sonido a la par del mismo director musical que tiene Indio?
Fueron muy generosos tanto el Indio como su mánager Julio Sáez cuando le planteamos que la película iba a tener un ritmo y necesitaba cierto timing con el sonido también. Además de la música incidental, queríamos poner música cuando él hablara para que no se pegue su voz con su voz misma. De ahí nos abrieron las puertas para trabajar con Martín Carrizo que, además de ser el baterista actual de su banda, es desde hace tiempo su director musical. Fue un placer, aparte de ser un groso como músico es una gran persona. Fue muy amable con nosotros y muy abierto en cuanto a intercambiar opiniones por las canciones que iban, los formatos y sobre todo las canciones del vivo. Hizo un gran laburo, remezcló 21 canciones para este documental. La edición del audio fue de lo más trabajoso, creo que tanto en el sonido como en lo periodístico cuando la vean varias veces le van a ir descubriendo cositas nuevas que están ahí metidas, por debajo. Que hablan de un trabajo casi obsesivo que nos dejó muy conformes.
-¿Se discutió mucho el cierre (con Ji-Ji-Ji)?
La verdad que no se dudó en ningún momento. Hay una cosa en Ji-Ji-Ji que no deja de sorprender: la reacción de la gente mientras está sonando. En esta oportunidad teníamos los drones y la chance de ver desde arriba a 200.000 personas saltando, ni lo pensamos. Nos seducía mucho la potencia de la imagen en ese sentido. Cuando llegamos de Tandil y pusimos play al crudo pudimos confirmar lo que pensamos de antemano. Las imágenes nos impactaron de una manera que no había forma de que no estuviera. Es impactante. Da cuenta de eso que llaman “el pogo más grande del mundo”.
-Hay mucha bibliografía satelital sobre Patricio Rey que seguramente quede anulada cuando salgan sus memorias, coescritas con Marcelo Figueras. ¿Por qué teniéndolo tan cerca no incluyeron a Figueras como uno de los testimonios?
Estaba entre las posibilidades, pero no se dio. Tuvimos solamente una semana para filmar, llegamos el sábado anterior y entre medio de todo entrevistamos a la gente allá. Por una cuestión de tiempos no llegamos a la nota con Marcelo y lamentablemente no fue incluido, cuando vimos el material que teníamos nos pareció que estaba bien pero podría haber sido algo valioso hablar con él en relación de esta sociedad que hicieron con Indio. Calculo que el trabajo que está realizando a nivel periodístico debe ser un placer, tenerlo a mano el tiempo necesario para poder profundizar diferentes temas. Tené en cuenta que el crudo de la entrevista con Pergolini habrá durado una hora y media y todo lo que dejó. Seguramente el trabajo que está realizando va a ser muy rico en lo periodístico y viene a saldar algo que faltaba que es la versión de él. Aquellos que leemos biografías sabemos bien que siempre es mejor cuando la historia la cuentan los protagonistas.
-Si el crudo de la entrevista duró una hora y media, ¿cuánto les costó fragmentar ese material?
Lo que siempre nos guió fue el valor periodístico y narrativo de las palabras, en ese sentido hay una cuestión ahí: Tsunami recorre un momento de la vida del Indio y debería tener cierto trayecto durante la película que te lleve a otros lugares. Hay cosas de su vida general que no quedaban porque se alejaban mucho, otras opiniones que estaban buenísimas pero nos quitaban ritmo y otras cosas que se generaron y quedaron ahí… Que fueron muy especiales y que quedaron ahí, en ese momento. Si bien se dejan entrever en el documental los momentos de emoción y de sensibilidad por su parte, son momentos que en el crudo son más duros y está bien que quedaran ahí.
-¿Piensan llevar Tsunami de gira o a festivales?
Nos invitaron de muchos festivales, de universidades, de distintos lugares del país y es uno de los temas que tenemos que charlar. Estuvimos tan metidos de lleno en lo que fue el estreno que nos tomamos la siguiente semana para distender un poco, ahora seguramente charlaremos cómo se va a instrumentar. Por suerte llegaron muchas invitaciones, hay una necesidad parece de la gente de ir a un lugar físico para compartir con más gente de la que pueden hacerlo en su casa y verla en pantalla grande.
-¿Habrá estreno comercial?
En principio fue hecho para esto, que se emitiera en la plataforma de Vorterix. Lo vio muchísima gente. Mario nos dio el número actual que es 12.000.000 de reproducciones, un numerazo. Hasta ahora no está definido, pero seguro que algo más habrá.
BONUS TRACK: PERIODISTA, HOMBRE DE RADIO Y DIRECTOR
Julio Leiva es periodista, productor y desde hace un tiempo realizador audiovisual. Comenzó en una emisora barrial a los 18, después estuvo ad honorem en Radio Nacional hasta entrar por la puerta grande al trabajo en los medios como productor de Lalo Mir. Durante sus diez años en Radio Mitre también se sumó al programa Cheque en blanco de Alfredo Zaiat (antes en Rock and Pop y ahora en Vorterix). En el cambio de radio de Cheque… fue convocado por Mario Pergolini a ser productor de su programa y desde ahí creció en el fenómeno multiplataforma hasta quedar al frente de Vorterix Media, allí estuvo a cargo de los programas Vinílico, La máquina de escribir voces y el reciente Cuenta conmigo, entre otros. Hizo historietas con Felipe Pigna y humor con Mex Urtizberea. Dirigió el tándem Piedra que late y Tsunami, un océano de gente, sobre el Indio Solari.
-¿Estás filmando algo ahora?
Con Maxi estamos laburando mucho y nos apoyamos mutuamente en que esas cosas tengan cierta calidad. Hay proyectos por delante que tiene que ver con programas y documentales que estaremos cerrando a fin de año para filmar el año que viene. Algunos tienen que ver con la música y otros que no, en mi caso personal que vengo del palo del periodismo y la radio esta incursión en lo audiovisual era un desafío que me deja contento viendo el final de los productos que estamos haciendo. Nos queda seguir haciendo, seguir aprendiendo, seguir mejorando, e incorporar herramientas para contar mejor las historias.
-¿Las vidas de quiénes te gustaría o te hubiese gustado contar?
Hay muchas historias. A mí lo que me pasó con Tsunami es que siento que va a quedar, van a pasar los años y va a estar ahí para que lo puedas mirar. Me hubiese encantado que esto pasara con Spinetta, Charly, Cerati o la Negra Sosa. Hay artistas argentinos muy ricos en historias, en sus obras. Lo mío fue más que nada acercar el foco en un aspecto en particular y la verdad que estaría bueno seguir trabajando sobre esta temática.
-¿Creés que tus documentales se parecen a otros, aunque sea en su esencia?
No reconozco uno en ese sentido, como referencia. Hay algunos que me gustaron mucho en la última época que tienen que ver con la música, dos en particular que me parece que son muy buenos en calidad narrativa: uno es el de Amy Winehouse y el otro es la película de Nina (Simone). Amy por el riesgo de no mostrar nunca la cara de los entrevistados, siempre están en off. Fue un gran riesgo que no se había hecho, se hizo y se la recontra banca todo lo que dura. Y con Nina lo que noto es que atraviesa emociones, te lleva mucho por distintos lugares. Me parece lo mejor de lo último que salió.
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