No estás en la home
Funcinema

Yo antes de ti

mebefore1Título original: Me before you
Origen: Inglaterra
Dirección: Thea Sharrock
Guión: Jojo Moyes, sobre su propia novela
Intérpretes: Sam Claflin, Emilia Clarke, Vanessa Kirby, Eileen Dunwoodie, Pablo Raybould, Gabrielle Downey, Henri Charles, Samantha Spiro, Brendan Coyle, Jenna Coleman, Alan Breck, Matthew Lewis, Muzz Khan
Fotografía: Remi Adefarasin
Montaje: John Wilson
Música: Craig Armstrong
Duración: 110 minutos
Año: 2016


6 puntos


EL ARTE DE SUFRIR

Por Delfina Moreno Della Cecca

(@indiraMDC)

mebefore2¡Atención, precaución de spoiler! Este artículo contiene un comentario respecto al final del film.

Desde la época de Aristóteles que los humanos nos deleitamos con un mismo tipo de historia: la tragedia. El concepto de catarsis -la purificación de las pasiones del espíritu mediante las emociones que se generan al contemplar una situación trágica- tenía sentido en la Antigua Grecia: los dioses eran crueles, vanidosos y proclives a inmiscuirse en las vidas humanas para su antojo y diversión. El destino estaba escrito para cada uno de nosotros, y es por eso que la gente asistía (entre otras razones) a la recreación de historias como las de aquel hombre que mataba a su padre, se casaba y tenía hijos con su madre, para luego enterarse de sus atroces acciones y sacarse los ojos (1) . Claramente, más de uno se alegraría en pensar “qué bueno que ese no soy yo”.

Luego vino el cristianismo con su bendito libre albedrío y las cosas cambiaron. En palabras de George Steiner, la tragedia dejó de existir en el momento en el que Dios -ahora uno solo- se convirtió en una divinidad justa. Si estás sufriendo, es porque Dios así lo quiso, y tu recompensa llegará en el Reino de los Cielos. O, en otras palabras, jodete y bancatela. De todas formas, la tragedia existiría siempre y cuando ocurrieran los crímenes dentro del clan de sangre o se cometiera incesto.

En esta era 2.0 es válido preguntarse para qué seguimos viendo historias como Yo antes de ti, incluso si tenemos en cuenta la cantidad de historias similares que se han estrenado con anterioridad; ya sea en los últimos años, en los que floreció un boom de películas con adolescentes lidiando entre cánceres terminales y la pubertad misma (Cuando el amor es para siempre, Bajo la misma estrella, Ahora y siempre, entre tantas otras), o en las décadas previas (como Todo por amor o Posdata, te amo).

Antes de ti abunda en clichés propios del género, desde el tratamiento formal de la historia hasta la caracterización de los protagonistas. Louisa Clarke (Emilia Clarke, nuestra Khaleesi de Game of thrones) es una joven risueña y optimista que se acepta un trabajo como cuidadora de Will Traynor (Sam Claflin), otrora atlético y aventurero, ahora amargado y deprimido al estar confinado a una silla de ruedas debido a un accidente que lo dejó cuadripléjico. Con dos personajes tan antagonistas no queda otra que darle lugar a la comedia -en lo que Clarke hace un muy buen trabajo- y es a partir de esa pequeña válvula de escape que podemos disfrutar de la trama. Mención aparte debe hacerse al estrambótico vestuario que ayuda a crear a Louisa como un personaje lleno de vida y comicidad: es hermoso, es ridículo, y es genial.

Sin embargo, un relato como este puede terminar de una sola forma: porque no es sólo una historia de amor sobre dos personas, sino una historia sobre el poder que la depresión y la voluntad pueden tener sobre una vida humana. Más allá del indudable lagrimeo final, Yo antes de ti no logra extender una reflexión más allá de la pantalla, pero puede disfrutarse como una comedia con un final no tan feliz.


(1) «Edipo Rey» de Sofocles

Comentarios

comentarios

Comments are closed.