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Top 5 Superhéroes: 3ª – Guardianes de la galaxia (2014)


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Marvel se mete con las Space Opera

Por Henry Drae

(@henrydrae)

Si algo le faltaba al cine de superhéroes que tanto ha revitalizado Marvel es una saga que explore otros horizontes que nos alejen del tópico recurrente de mostrar un planeta Tierra en peligro de ser devastado para que pueda ser defendido por estos tipos de trajes estrafalarios lucidos por humanos excéntricos (Iron Man), dioses extraterrestres (Thor), científicos en problemas (Hulk) o simples mutantes (X-Men). Y entonces llegan ellos, los Guardianes de la galaxia para decir que no todo lo malo en el universo superheroico sucede en la Tierra ni en ese pedacito tan representativo que resulta ser Nueva York para los estudios y que sirve a los fines.

Este grupo heterogéneo de seres de distintos planetas forzados a convivir en una nave espacial comienza su historia con la abducción de un niño (Peter Quill) tras la muerte de su madre aquí en la Tierra. Años después, Peter reaparece ya adulto en otro planeta como un consumado ladrón que disfruta llamándose a sí mismo y de modo presuntuoso “Star Lord” -interpretado por Chris Pratt-, que no deja de meterse en problemas por sus hábitos tan desapegados a la ley de cualquier sistema solar. Pero ninguno de ellos toma tanta relevancia como cuando se ve forzado a formar equipo con la guerrera hija de un poderoso tirano (Gamora, Zoe Saldana), un mapache verborrágico (voz de Bradley Cooper), un humanoide con cuerpo de árbol (voz de Vin Diesel) y un luchador  de fuerza descomunal y de literalidad pasmosa (Dave Bautista). El equipo, recién escapado de una prisión galáctica, tratará de impedir que una esfera de poder inconmensurable caiga en las manos inescrupulosas de turno. Este crisol de razas extraterrestres es tan pintoresco que los villanos, que suelen robarse la atención en esta clase de películas, aquí pasan casi desapercibidos sin que se sienta su falta de peso en la historia.

Guardianes de la galaxia no apuesta sólo a narrar las aventuras típicas de un grupo de alienígenas asociados enfrentados a lo peor de la galaxia en una trama repleta de acción y efectos especiales, sino al humor generado a partir de esas situaciones tan dispares que se posibilitan gracias a la diversidad que permite el género. La arrogancia de Quill, la “viveza criolla” de Rocket, la nobleza inocente de Groot, la brutalidad malhumorada de Drax y la sensualidad de Gamora son un combinación muy lograda en este nuevo traspaso de un cómic emblemático a la pantalla. El director James Gunn potabiliza su humor luego de participar en la bizarra y multiestelar Movie 43 y logra un producto multitarget tan popular que se la ha dado luz verde para que comande la secuela, algo que muchos esperan frotándose las manos de entusiasmo.

Si bien hay multiplicidad de opiniones para definir de qué se trata una Space Opera y a qué realización no debiera clasificarse de esa manera, no caben dudas de que Guardianes de la galaxia es exponente de este subgénero que se desarrollara mayormente en las décadas del 70 y del 80, y se basa en la lucha por la igualdad y la justicia en galaxias lejanas por diferentes que sean las especies que las habiten. No es casual que la música preferida de Quill esté grabada en cassettes y sea una selección de lo más representativo del pop de esos años y que de manera automática nos remite a esa época. A quienes crecimos con Flash Gordon, Star Trek, Duna, Krull, Galáctica y tantos otros exponentes de las Space Opera, esta película es mucho más que música para nuestros oídos y marca el renacer del género posibilitando entre otras cosas, el relanzamiento de la saga de Star Wars, otra apuesta arriesgada si las hubo en cualquier lugar del universo en que existan los fans.

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