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Ofelia Machín


Muy Buena


Shakespeare al cubo

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

ofelia_machinLa obra de Shakespeare es una permanente invitación a la reversión, a la remake, al torcimiento de sus reglas, al trastorno de su punto de vista. El gran dramaturgo inglés, sin embargo, siempre pareció pedir desde las estructuras de sus textos aunque sea una ligera falta de respeto, un quiebre de sus convenciones formales y narrativas, como si se estuviera anticipando a la ola de abordajes diversos que comenzarían en la segunda mitad del Siglo XX, con las adaptaciones cinematográficas de realizadores como Orson Welles y las visiones contemporáneas de autores como Heiner Müller y su Máquina Hamlet.

Es en esta última obra en la que se inspira Ofelia Machín, convirtiéndose de algún modo en una doble reversión, en un Shakespeare al cubo. Hay una descomposición de la estructura shakespereana, una búsqueda por rearmarla para mostrarla de otra forma, pero también de la escritura escénica de Müller, porque ya no es Hamlet el lente para mirar las problemáticas de la contemporaneidad, sino el personaje de Ofelia, que obtiene -¿o recupera?- voz y voto. La mujer pasa a ser el centro.

Es así que el personaje de Ofelia pasa a tener cinco rostros, cinco expresiones sobre lo femenino, que incluyen reinterpretaciones masculinas, lo cual es pertinente, porque la mujer también se construye a partir de su contacto con el hombre, y viceversa. La reflexión sobre sus dramas, dilemas y deseos le brinda nuevas connotaciones a Ofelia, así como a los otros personajes que transitan la tragedia ocurrida en la corte danesa. Por eso en Ofelia Machín no sólo se da una deconstrucción de lo femenino –y cómo la mujer se ubica frente a los designios masculinos-, sino también de los mandatos paternales, las formas románticas, los balances de poder y la muerte como espectro capaz de invadir todos los ámbitos de la realidad.

El personaje de Ofelia termina siendo una vía más que pertinente para aplicar mutaciones tanto al dispositivo shakespereano como al de Müller, recurriendo a un ritmo frenético en la narración y aplicando todo tipo de lenguajes estéticos para enriquecer la trama de base. Allí la obra no se muestra nada perezosa, desafiando no sólo al espectador sino principalmente a sí misma, y en eso es clave la edificación desde lo grupal. Ofelia Machín, desde su dramaturgia, puesta en escena e interpretación, es una obra de muchas caras, que se reinventa a cada paso, tanto desde lo dramático como desde lo humorístico. Esa reinvención permanente es un más que justo homenaje a Shakespeare.


Dramaturgia: Laura Eslava, Rodrigo González Alvarado, Flavia Méndez Cabrera, Catalina Teuly Actúan: Tomás Coxe, Ramiro Delgado, José Luis Des Justo, Sofía Fernández, Carola Fiadone Vestuario: Fiorella María Gianini Escenografía: Flavia Méndez Cabrera Diseño de luces: Rodrigo González Alvarado Diseño sonoro: Pedro Fraguela Fotografía: Marisol Méndez Cabrera Dirección: Laura Eslava, Rodrigo González Alvarado, Catalina Teuly Duración: 60 minutos Sala: Centro Cultural El Deseo (Saavedra 569, CABA) – Viernes a las 22:00. Hasta el 1 de julio.

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