Título original: Guns, Girls and Gambling
Origen: EE.UU.
Dirección: Michael Winnick
Guión: Michael Winnick
Intérpretes: Christian Slater, Powers Boothe, Dane Cook, Jeff Fahey, Chris Kattan, Helena Mattsson, Gary Oldman, Megan Park, Sam Trammell, Tony Cox, Anthony Brandon Wong, Matthew Willig, Gordon Tootoosis
Fotografía: Jonathan Hale
Montaje: Robert A. Ferretti
Música: Jeff Cardoni
Duración: 90 minutos
Año: 2012
7 puntos
Un despelote que funciona
Por Rodrigo Seijas
Hay todo un subgénero que combina el policial con la comedia, poniendo a cruzarse de manera un tanto absurda a muchos personajes a partir de un hecho u objeto que funciona como disparador. Los que vienen trabajándolo más son los anglosajones y ahí tenemos, por ejemplo, a Guy Ritchie, quien en los comienzos de su carrera, con películas como Juegos, trampas y dos armas humeantes y Snatch: cerdos y diamantes, supo crearse una reputación tanto desde lo estético como desde lo narrativo.
Armada y peligrosa entabla un diálogo con el cine de Ritchie, también con el de Tarantino -otro con gusto por las historias corales apoyadas en gran medida en la comicidad, como Tiempos violentos– y hasta con un film muy olvidado pero sumamente divertido, como era 3000 millas al infierno. Ya su título original, Guns, girls and gambling (cuya traducción exacta sería Armas, chicas y apuestas) delata la construcción variopinta que busca el director y guionista Michael Winnick. Sin embargo, el relato proporciona algo de orden a partir de una centralidad: el protagonista y narrador es un tal John Smith (Christian Slater), un tipo bastante perdedor que se ve metido de casualidad en un despelote que involucra a imitadores de Elvis, indios (o como aclara a cada rato, “nativos americanos”), un vaquero, un jefe criminal, una bella rubia asesina, policías corruptos y la típica “vecina de al lado”, entre otros estereotipos, todos detrás de un enigmático y valioso objeto robado durante un juego de póker en un casino.
A Smith lo rodearán toda clase de malentendidos, balas por doquier y más malentendidos, y recibirá una cantidad de puñetazos que lo harán rankear alto entre los personajes más golpeados de la historia del cine. Y todo es realmente muy divertido, porque la autoconciencia que evidencia Winnick a partir del uso de arquetipos y convenciones es en verdad muy productiva, y hasta hace un uso muy inteligente de la repetición: por caso, hay un chiste recurrente respecto a un enano que siempre funciona y que encima se lleva por delante todo el entramado discursivo políticamente correcto con pasmosa facilidad. Encima, Armada y peligrosa cuenta con esos típicos elencos de pequeños nombres que juntos multiplican su valor: además de Slater (que está perfecto), desfilan Gary Oldman, Dane Cook, Chris Kattan, Tony Cox, Powers Boothe y unos cuantos más, que se complementan sin dificultades.
En Armada y peligrosa surgen algunos inconvenientes cuando quiere instalar ciertos elementos mitológicos relacionados con el objeto robado y se pone algo discursiva, pero no deja de ser una película que tiene bien claro cuáles son sus objetivos, que cumple sin despeinarse, entregando de paso una hora y media precisa y disfrutable. Lo que se dice una opción muy pertinente para ver en la comodidad del hogar.
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