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La reina infiel

affaireTítulo original: En kongelig affære
Origen: Dinamarca / Suecia / República Checa
Dirección: Nikolaj Arcel
Guión: Rasmus Heisterberg, Nikolaj Arcel, sobre la novela de Bodil Steensen-Leth
Intérpretes: Alicia Vikander, Mads Mikkelsen, Mikkel Boe Følsgaard, Trine Dyrholm, David Dencik, Thomas W. Gabrielsson, Cyron Melville, Bent Mejding, Harriet Walter, Laura Bro, Søren Malling, Jakob Ulrik Lohmann
Fotografía: Rasmus Videbæk
Montaje: Kasper Leick, Mikkel E.G. Nielsen
Música: Cyrille Aufort, Gabriel Yared
Duración: 137 minutos
Año: 2012
Compañía editora: AVH


6 puntos


Una tragedia histórica

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

affaire2Las películas sobre secretos palaciegos ya son una suerte de subgénero en sí mismo, con los monarcas de turno avanzando, a los tumbos, entre traiciones y amores inconfesables. Algunas historias son puras ficciones y reinterpretaciones de hechos históricos, y algunas otras ocurrieron en la realidad como es el caso de La reina infiel, producción dirigida por Nikolaj Arcel y que se mete en los entretelones de la corona danesa durante el reinado de Cristian VII, allá en la segunda mitad del Siglo XVIII. La película tiene la particularidad de haber sido nominada al Oscar al mejor film hablado en lengua no inglesa, perdido a manos de Amour.

La historia que aborda el film es el matrimonio entre Carolina Matilde de Gran Bretaña y el mencionado Cristian VII, un vínculo maltrecho por los problemas mentales del monarca y su desinterés hacia la reina. Entre el hedonismo de él y la frustración de ella, la presencia del médico alemán Struensee -un partidario de la Ilustración y con ideas progresistas para su tiempo- no sólo sirvió para que los sentimientos de la mujer se imbriquen en un torbellino que llevaba de la pasión al más absoluto pragmatismo, sino también a trazar una impensada bisagra en la sociedad danesa de entonces, influyendo al monarca para la supresión de leyes represivas y totalitarias. La película de Arcel, entonces, multiplica las variantes que el cine sobre la monarquía puede abordar: si por un lado el triángulo amoroso acelera los arcos dramáticos, no se deja de lado lo político y las implicancias sociales de las acciones de sus personajes.

Si bien un poco moroso durante buena parte del relato, hay que reconocerle al director que no se deja avasallar por una recreación de época notable y un diseño visual de gran calidad, sumando una fotografía estupenda que realza ese entre-sombras en el que se manejan los personajes. Arcel construye personajes interesantes, ambiguos, que de alguna forma desarrollan las posibilidades del poder y sus instancias más siniestras: la mentira, la manipulación, la confabulación, la traición. En esto, además, ayudan mucho las actuaciones de Alicia Vikander, Mads Mikkelsen y Mikkel Boe Følsgaard, como ese trío protagónico que se seduce a la vez que se repele. Por todo esto, el mayor logro del director -que se ha hecho cargo de llevar al cine la obra de Stephen King, La torre oscura– es no dejarse llevar por los vericuetos del amor, por el perifollo excesivo, y traduce la tragedia de sus criaturas en un sentido político. Los últimos minutos de La reina infiel están ganados por una oscuridad que aceptan el fracaso personal, aunque algunas ideas queden y puedan germinar en un futuro.

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