Título original: Idem
Origen: Francia / Holanda / Suiza / Bélgica
Dirección: Jean-Loup Felicioli, Alain Gagnol
Guión: Jean-Loup Felicioli, Alain Gagnol
Voces originales: Dominique Blanc, Bernadette Lafont, Bruno Salomone, Jean Benguigui, Oriane Zani, Bernard Bouillon, Jacques Ramade, Jean-Pierre Yvars, Patrick Ridremont, Patrick Descamps, Yves Barbaut
Montaje: Hervé Guichard
Música: Serge Besset
Duración: 70 minutos
Año: 2010
6 puntos
Por los techos de París
Por Mex Faliero
Nominada al Oscar en 2012 y muy reconocida en diversos festivales, Une vie de chat es un film de animación alejado de las convenciones mainstream que el género evidencia en la mayoría de los estrenos que tenemos jueves tras jueves. La película de Jean-Loup Felicioli y Alain Gagnol tiene un aspecto que se vincula con la animación artie, a la vez que aborda un tipo de historia que convoca tanto a los niños como a los adultos: sigue la doble vida que lleva un felino, que de día es la mascota de una niña cuya madre es jefe de policía, y de noche acompaña a un ladrón de guante blanco mientras roba joyas y piezas de arte. Si bien no funciona del todo esa fusión de elementos de cine adulto e infantil, la película sobresale por un destacable trabajo visual, aprovechando completamente las posibilidades del dibujo animado.
A través de un depurado estilo en la animación, que alcanza cimas de gran creatividad durante varios momentos (como aquella escena en la que se corta la luz y los personajes cobran vida a través de sus siluetas blancas sobre un fondo negro), Une vie de chat cuenta una historia policial que tiene múltiples giros y revelaciones, logrando una síntesis envidiable en apenas 70 minutos. Claramente es una película que deposita su peso tanto en lo estético (la presencia felina se adivina en los movimientos y el trazo, claramente plástico y elegante) como la estructura que recuerda a los grandes films de robos que se hacían en los años 60’s: de ahí que la recurrencia a lo felino sea totalmente coherente por tema y forma.
Sin embargo Une vie de chat desatiende otros asuntos, que tienen que ver con la forma en que los vínculos entre los personajes se van generando. La velocidad narrativa -típica de un subgénero tan liviano como las películas de robos- impide que las historias personales tengan la solidez que requería la trama para generar empatía con el espectador. El film exhibe una debilidad en la manera de expresar los sentimientos de los personajes, haciéndolos demasiado explícitos o verbalizados, como con el tema de la ausencia del padre, drama central del relato. En ese sentido, Felicioli y Gagnol no logran fusionar adecuadamente el discurso infantil con el adulto, y la película demuestra una mayor preocupación por lo estético que por expresar coherentemente ese virtuosismo. Todo esto no impide que Une vie de chat pueda ser disfrutada, pero es verdad que limita bastante la potencia del relato, sostenido apenas como un buen ejercicio de estilo.
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