Título original: Idem
Origen: Canadá
Dirección: Steven C. Miller
Guión: Max Adams, Umair Aleem
Intérpretes: Bruce Willis, Kellan Lutz, Gina Carano, D.B. Sweeney, Joshua Mikel, Steve Coulter, Dan Bilzerian, Heather Johansen, Roman Mitichyan, Christopher Rob Bowen, Rob Steinberg, Lydia Hull
Fotografía: Brandon Cox
Montaje: Vincent Tabaillon
Música: Ryan Dodson
Duración: 83 minutos
Año: 2015
3 puntos
Estrellas estrelladas
Por Rodrigo Seijas
Bruce Willis, desde hace un rato demasiado largo, viene acumulando en su filmografía toda una serie de films de acción berretas, que en su gran mayoría tienen detrás al sello Emmet/Furla Films. Casi todas son películas indignas de la estatura de estrella que supo tener Willis, pero él las hace igual y uno empieza a preguntarse si en algún momento se olvidó el criterio a la hora de elegir sus proyectos o si anda muy necesitado de guita, aunque parece que sus grandes momentos ya pasaron y está entrando en un casi definitivo ocaso.
Kellan Lutz saltó a la fama con La Saga Crepúsculo y luego quiso posicionarse como héroe de acción y aventuras con apariciones en Los indestructibles 3 e Inmortales, y especialmente el protagónico de La leyenda de Hércules, pero le salió todo muy mal y da la impresión de que está condenado al universo del directo al dvd, lo cual no deja de ser un acto de justicia, porque es -siendo muy generoso- un actor sumamente mediocre.
Gina Carano tiene pasta para mantenerse en el estrellato del género de acción, a pesar incluso de no poseer grandes dotes interpretativas. Ya demostró que tiene con qué en La traición, aunque quedó algo relegada en Rápidos y furiosos 6. Pero hay un problema: tampoco es muy juiciosa a la hora de elegir films y termina participando en films demasiado intrascendentes.
Lo cual nos lleva a Extraction, típico producto del universo doméstico, que podría haber llegado a ser decente con un poco de rigor y respeto a su propia trama, o apelando al total disparate sin tomarse en serio, pero que termina atrapada en una mezcla de gravedad, intentos de guiños humorísticos y secuencias pretendidamente atrapantes que no van a ningún lado. El film dirigido por Steven C. Miller arranca con un experto agente de la CIA, Leonard Turner (Willis), al cual le asesinan a su esposa y casi a su hijo, Harry. Varios años después, Harry ha crecido, tiene el rostro de Lutz y está buscando construirse su propia carrera en la agencia, aunque le cuesta un montón. Cuando el padre es secuestrado por un grupo de terroristas y la CIA no parece muy preocupada por su bienestar, Harry emprende su propio camino para rescatar a su padre y, de paso, salvar al mundo.
Se le podría reconocer a Extraction que tiene un par de secuencias de peleas de puño donde se impone la fisicidad y se aprovecha bien el espacio, o que la vuelta de tuerca que tiene en su tramo final tiene aspectos interesantes, pero ahí se acaban los mínimos méritos. Es un film que aburre a pesar de durar algo más de 80 minutos, con personajes desperdiciados -a la pobre Carano la condenan a ser el interés amoroso de Lutz y nunca tiene real peso en la trama- y otros directamente increíbles -lo de la amiga de Carano da para pensar que nadie en la producción leyó el guión antes de poner en marcha el proyecto-, y que encima cuenta con un Willis laburando a desgano, con una eterna cara de “tengo dolor de cabeza”, y un Lutz que se quiere hacer el lindo todo el tiempo, porque pareciera que otra cosa no le sale. Para colmo, la escena del final muestra una visión sobre las acciones de la CIA que es entre irresponsable -especialmente por lo que se planteó previamente- y fascista.
Extraction es de esas películas que nos demuestra que en Hollywood, cuando las piezas no se acomodan, todo puede salir mal, realmente muy mal, y entonces tenemos estrellas queribles, como Willis y Carano (no, Lutz no es querible), perdidas por completo. La próxima voy a hinchar por los terroristas.