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Star Wars: del peor al mejor episodio

A sólo horas del estreno de Star Wars: el despertar de la Fuerza, nada mejor que mirar hacia atrás y repensar los anteriores seis Episodios de la que es una de las sagas más importantes, influyentes y populares de la historia del cine, repleta de personajes emblemáticos como Luke Skywalker, Darth Vader, el Emperador, la Princesa Leia, Han Solo, Obi Wan Kenobi y Yoda.

Para la ocasión, el staff de Fancinema votó el orden de preferencia de los episodios, arrancando por el peor hasta llegar al mejor. Será cuestión del lector ver cuán de acuerdo está con nuestro punto de vista.

A continuación, el listado completo. ¡Y que la Fuerza los acompañe!



episodio_unoEpisodio I – La amenaza fantasma: antes que nada quiero aclarar que no soy fan de Star Wars, así que el desprecio hacia esta película no tiene que ver de ninguna manera con una desilusión generacional ni con una herida hacia las expectativas depositadas. No había lazo sentimental cuando la fui a ver, sólo la espera por un producto que mantenga algo del espíritu original y sea capaz de repensar desde el presente (ese presente: 1999) los códigos exhibidos dos décadas antes. Pero La amenaza fantasma fue una dura demostración: primero, que Hollywood se había convertido en una maquinaria monstruosa que ponía por delante otras cosas aleatorias al cine (el marketing, el fanatismo, la tecnología), y que en ese contexto Star Wars no sólo había sido el quiebre en la lógica del mercado cinematográfico, sino su principal víctima: era una saga vaciada de cualquier esencia. Y después, que George Lucas podría ser un gran productor, un innovador tecnológico, un eximio creador de conceptos, pero que carecía definitivamente de las herramientas para dirigir una película. Su pericia como narrador es lo que se ve más lastrado aquí, construyendo secuencias extensas y sin el mínimo nervio (la carrera en el desierto, cima del aburrimiento hecho cine). Pero fundamentalmente lo que queda claro en La amenaza fantasma es que aquel Lucas que supo mixturar en 1977 las nuevas tecnologías con lo artesanal de las maquetas, no pudo dos décadas después asimilar fluidamente las posibilidades de las (otra vez) nuevas tecnologías. Lucas se atraganta con tanto CGI y supone (tal vez sea el primero en descubrirlo en aquellos albores del exceso de CGI) que puede generar cualquier imagen. Y eso es, decididamente, falso. Ahí está, esa es la palabra que mejor define a esta no-película: falso. Mex Faliero



episodio_dosEpisodio II – El ataque de los clones: una teoría bastante difundida indica que la saga de Star Wars podría verse sin ningún problema dejando de lado el Episodio I y arrancando con el II, y algo de cierto en eso hay. Es que lo que verdaderamente importa en la historia de Anakin Skywalker -luego Darth Vader-, el conjunto de ambiciones, deseos y traumas que lo iban a llevar hacia el lado oscuro de la Fuerza, comienza acá: la pérdida de su madre (en una secuencia indudablemente vinculada al western, con Más corazón que odio como referente emblemático), el inicio de su romance con la Reina Amidala (con todos los miedos a perderla que eso acarrea) y los primeros choques con su tutor Obi Wan Kenobi. Sin embargo, lo que menos funciona en este film es precisamente eso, todo lo que pasa alrededor de Anakin. Se podrá culpar de esto al mediocre actor que era y es Hayden Christensen -quien está lejos de poder darle al personaje la profundidad ética y sentimental que reclamaba-, pero hubo alguien responsable por el casting, la dirección y la escritura del guión, y ese fue Lucas. Lo cierto es que el realizador parece pensar que sólo se puede hablar del amor, la política, la ambición o la muerte desde la palabra, y eso termina empantanando enormemente el ritmo del film. Eso sí, cuando se deja llevar por la aventura, El ataque de los clones es precisamente lo que esperamos y defendemos de la saga de Star Wars: pura vitalidad, juego y vigor, y por eso secuencias como la de la fábrica de robots (con AR2R2 y C3PO como estrellas principales) son maravillosas y sumamente disfrutables. Igual, ya había claro algo: el fanatismo había vencido a Lucas y luego del Episodio I, le iba a resultar imposible remontar la cuesta. Rodrigo Seijas



episodio_tresEpisodio III – La venganza del Sith: no deja de ser sorprendente que, teniendo en cuenta cuánto había tropezado Lucas a la hora de contar los dilemas de Anakin Skywalker, este episodio, por lejos el más oscuro de la saga, termine siendo el más sólido de la trilogía más reciente. Quizás se deba a que el realizador consigue amalgamar con mucha más fluidez las intrigas políticas del contexto general y los padecimientos particulares de Anakin, en base a dos factores: por un lado, el crecimiento exponencial de ese personaje hipócrita y siniestro que es el Canciller Palpatine, que va dejando caer su máscara para revelarse como Darth Sidious; y por el otro, el tono trágico y melancólico que van portando con cada vez más fuerza los jedi’s, especialmente Yoda y Obi Wan, a los que les tocará la maldición de sobrevivir para ver masacrados a todos sus compañeros y el surgimiento del Imperio de la mano del lado oscuro de la Fuerza. Ahí Lucas tiene el buen tino de retratar a Anakin como una mera herramienta al servicio de Darth Sidious, convirtiéndose en Darth Vader, otorgándole mayor sentido y coherencia a sus acciones -por eso el combate con Obi Wan, a pesar de ser largo y predecible, no deja de ser impactante-, aunque en el medio paga el precio de que un personaje relevante como Padme quede estático, como mero rehén de todo lo que ocurre a su alrededor. Por ahí el Episodio III no está a la altura icónica que muchos reclamábamos, pero sí lo está de los deseos de Lucas, quien, salvo por algunas bajadas de línea demasiado obvias, traslada lo político a los cuerpos de los personajes. El cuerpo de Anakin/Vader es fiel testigo de ello. Rodrigo Seijas



episodio_seisEpisodio VI – El regreso del Jedi: quizás este episodio que sirve de cierre a la trilogía original esté a la altura en muchos aspectos del IV y V, pero queda algo relegado al no tener el mismo impacto en determinadas decisiones finales. Por ejemplo, hay un estiramiento innecesario de las acciones en el bosque con el combate donde participan los Ewoks -que todavía crean indecisión: ¿son las criaturas más adorables del universo o las más insoportables?-. Y sin embargo, hay una ambigüedad en el tono general, que termina de explotar en toda su complejidad en ese duelo a tres puntas entre Luke Skywalker, Darth Vader y el Emperador, donde Vader completa el círculo de su vida y vuelve a ser Anakin Skywalker, justo a tiempo para recomponer el vínculo con su hijo, aunque luego lo que queda para él es la muerte. El Episodio VI es definitivamente un drama familiar y por eso llamativamente el resto de las subtramas quedan un tanto apagadas, aunque no dejen de ser sumamente entretenidas: no nos importa tanto que se termine de consolidar el amor entre Han Solo y Leia, sino que ella y Luke resuelven y se hacen cargo de su vínculo de hermanos. No nos conmueve tanto el fin de la guerra o esa celebración que cierra todo, porque el final ya estaba antes, con Luke incinerando el cuerpo de su padre muerto, que ha vuelto a ser un Jedi. Como en ningún otro capítulo de Star Wars, la luz y la oscuridad se fusionan, dejándonos tan alegres por el triunfo de los buenos como tristes y melancólicos por lo que se perdió en el camino. Rodrigo Seijas



episodio_cuatroEpisodio IV – Una nueva esperanza: hubo un tiempo muy hermoso donde George Lucas tenía una enorme capacidad para narrar, pero sólo tenemos un par de muestras muy potentes de eso: el pequeño gran film que era American graffiti y la maravilla que era el Episodio IV, originalmente conocido simplemente como Star Wars. Vista nuevamente en estos días, se conserva como una película que fusiona de manera estupenda una multiplicidad de géneros y referencias, para crear algo que aún hoy sigue pareciendo nuevo, fresco, original. Lucas dialogaba con inteligencia con todo un compendio de textos literarios y cinematográficos, y nos entregaba una suma de personajes inolvidables, que a primera vista podían parecer simples pero luego iban dejando claro que tenían toda una historia detrás. Lo que haría luego Lucas sería indagar y explorar esas historias al máximo, creando un universo de una pregnancia llamativa, aunque por algo se retiraría de la dirección durante un largo tiempo, permaneciendo como un astuto, inteligente y sensible creador de conceptos como el de Indiana Jones, otra fantástica mixtura de elementos ya existentes. Antes, ya había desatado a esa bestia tan dócil como indomable que eran los fanáticos, capaces de aferrarse con furia a una perspectiva o de dinamitarla sin dudarlo. Luego del lanzamiento de Star Wars, Hollywood -y el cine a nivel global- ya no sería el mismo, porque el público ya no sería el mismo. El que dio el puntapié inicial a esa dinámica fue Lucas, para bien y para mal. Rodrigo Seijas



episodio_cincoEpisodio V – El imperio contraataca: esta segunda entrega de la saga Star Wars forma parte de la rica tradición de las segundas partes que superan a sus predecesoras, integrada también por films como El Padrino II, Volver al futuro II, Aliens, Terminator 2: el juicio final y El señor de los anillos: las dos torres. Es decir, películas que ahondan en personajes previamente presentados, enriqueciendo sus matices, engrandeciendo las experiencias de los espectadores, redoblando apuestas y llevando los horizontes de expectativa mucho más allá de lo esperado inicialmente. En el Episodio V todo, absolutamente todo, está perfecto: la trama general, con el Imperio demostrando que es capaz de conservar la iniciativa a pesar de su derrota en el film anterior; el proceso de aprendizaje de Luke para convertirse en Jedi; la risueña aparición de Yoda, convertido en personaje legendario desde la primera vez que se lo ve; la gran screwball comedy que es la historia de amor que va creciendo entre Han Solo y Leia (estupendos Harrison Ford y Carrie Fisher, ya apropiándose de sus papeles por completo); o los aportes de secundarios como Lando Calrissian (el equivalente aburguesado de Han Solo, aunque después demuestre que todavía tenía mucho para dar) y Chewbacca. Y claro, ese primer gran duelo entre Darth Vader y Luke, con la revelación paternal más impactante de la historia del cine: eso “soy tu padre”, tan básico, tan elemental, tan sanguíneo, cobraba multiplicidad de significados, le brindaba a Vader una relevancia mucho mayor, elevaba a la saga a nuevos niveles y terminaba de cerrar un lazo irrompible con los fanáticos. Star Wars siempre se trató, en el fondo, de los lazos familiares. Será cuestión de ver cómo se hace cargo de esto J.J. Abrams en el Episodio VII. Rodrigo Seijas

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