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Matar al mensajero

kill messenger 1Título original: Kill the messenger
Origen: EE.UU.
Dirección: Michael Cuesta
Guión: Peter Landesman, basado en los libros de Gary Webb y Nick Schou
Intérpretes: Jeremy Renner, Robert Patrick, Jena Sims, Robert Pralgo, Hajji Golightly, Ted Huckabee, Mary Elizabeth Winstead, Lucas Hedges, Rosemarie DeWitt, Matt Lintz, Parker Douglas, Kai Schmoll, Joshua Close
Fotografía: Sean Bobbitt
Montaje: Brian A. Kates
Música: Nathan Johnson
Duración: 112 minutos
Año: 2014


6 puntos


SOLO CONTRA TODOS

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

kill messenger 2El fracaso de Matar al mensajero, que pasó totalmente desapercibida en el momento de su estreno en Estados Unidos y que prácticamente no tuvo difusión en el resto del mundo a pesar de contar con Jeremy Renner en el protagónico, no deja de ser comprensible: es que su relato aborda cuestiones seriamente conflictivas a nivel institucional dentro de la sociedad estadounidense y encima está atravesada por una profunda amargura.

Difícil que muchos espectadores quisieran ir a ver un film que les tira por la cabeza la historia del periodista Gary Webb (Renner), quien expuso el rol decisivo de la CIA durante mediados de los ochenta en el tráfico de drogas hacia California que permitió financiar la guerra encabezada por los Contras para sacar del poder al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua. Más todavía porque Webb no sólo sufrió amenazas y episodios que dispararon en él y su familia una obvia paranoia, sino porque principalmente debió enfrentar una campaña mediática de descrédito absolutamente brutal, que lo llevó al borde del suicidio. La mirada que rápidamente va desarrollando el film es sumamente desesperanzada, toda una sucesión de callejones sin salida, repletos de funcionarios que no quieren hacerse cargo de nada, criminales cínicos e interesados, y colegas periodistas que primero se colgarán del éxito inicial de Webb para luego, cuando el asunto se espesó, dejarlo librado a su suerte. Incluso lo único en lo que el protagonista parece poder confiar sin lugar a dudas, que es su familia, también terminará entrando en crisis, a partir de una serie de revelaciones y sucesos que harán tambalear su matrimonio y el vínculo con sus hijos.

Para que el film no caiga en bajadas de líneas perezosas y simplistas que empantanen su narración termina siendo clave la mano firme con que es conducida la narración por el director Michael Cuesta, que indudablemente supo acumular experiencia dirigiendo numerosos capítulos de Homeland y Dexter, dos series con sellos distintivos de suspenso, y que indudablemente cuenta con la ayuda del guión de Peter Landesman (Parkland), que nunca cae en excesos. En Matar al mensajero lo que importa antes que nada son las sucesiones de capas de complicidades y miserias que va develando Webb, el calvario que atraviesa, su imposibilidad de balancear los distintos aspectos de su vida personal y laboral, apoyándose en una labor muy precisa y ajustada de Renner, quien encuentra el tono adecuado -pasando de la relajación a la tensión absoluta con absoluta fluidez- para generar empatía sin dejar de exponer las contradicciones y defectos del personaje que interpreta.

Se le podrá reprochar a Matar al mensajero que no logra superar ciertos esquematismos en el diseño de determinadas secuencias y personajes que atraviesan la trama, o que se conforma con ser un film esencialmente pequeño, que rápidamente configura las líneas de conflicto pero no se atreve a llevar sus ambiciones un poco más lejos, tanto temática como formalmente. Aún así, se nota que Cuesta aprendió unas cuantas lecciones positivas de Oliver Stone y Michael Mann: Matar al mensajero es una versión aún más desesperanzada de JFK y El informante, donde el solitario protagonista mantiene su coherencia hasta el final, aunque la pérdida termina superando a la ganancia. El abrupto final de la película lo demuestra.

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