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Negocios fuera de control

unfinished 3Título original: Unfinished Business
Origen: EE.UU.
Dirección: Ken Scott
Guión: Steve Conrad
Intérpretes: Vince Vaughn, Tom Wilkinson, Dave Franco, Sienna Miller, June Diane Raphael, Britton Sear, Ella Anderson, Nick Frost, James Marsden, Ken Scott, Kasia Malinowska, Carmen Lopez, Melissa McMeekin
Fotografía: Oliver Stapleton
Montaje: Aaron Brock, Jon Poll, Michael Tronick
Música: Alex Wurman
Duración: 91 minutos
Año: 2015
Compañía editora: Blushine


5 puntos


Fuera del mercado

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

unfinished 1El punto de inicio de Negocios fuera de control parece una autorreferencia a la carrera del propio Vince Vaughn: tomemos la empresa donde trabaja como una metáfora de la comedia norteamericana (con los Stiller, los Ferrell, los Wilson, los Sandler), y pensémoslo al propio Vaughn yéndose de ese lugar para emprender un camino en solitario. Ese camino resulta bastante espinoso, por cierto, y no del todo satisfactorio. Bueno, Negocios fuera de control es un nuevo intento del actor por sostenerse como un capocómico dentro de una industria que parece haberle sacado ya todo su jugo y en una película que está construida en base a muchas otras comedias, pero que no puede evitar vivir de pequeñas ideas que no terminan por lograr un todo interesante.

Negocios fuera de control es, además, una nueva colaboración entre el protagonista y el canadiense Ken Scott, director de la anterior Una familia numerosa. Es como si Vaughn hubiera encontrado ahí una mano segura para narrar sus habituales historias de hombres de trabajo que buscan consolidar su familia y su nivel de vida. En este caso, un tipo de negocios que se autodespide de la firma donde trabajaba por no aceptar una reducción de sueldo, y decide construir su propia empresa. Junto a otros dos parias (Dave Franco, Tom Wilkinson) vivirán tiempos difíciles, pero se encontrarán ante la posibilidad de un contrato que los meta en el mercado y les mejore sus ingresos. Pero ese trato los obligará a una serie de viajes, que llevará a la película por los terrenos sobreexplotados -de ¿Qué pasó ayer? para acá- de road movie masculina, sexismo y drogas como máxima libertaria.

No es que la película esté demasiado mal, pero es cierto que parece el carbónico un poco sin gracia de otras comedias algo más osadas e imaginativas en la construcción del chiste -aunque igual de banales en su mirada sobre la familia y el matrimonio-: el trío protagónico tiene sus diferencias y representa estereotipos habituales, y así como Vaughn interpreta al líder algo confundido, Wilikinson se empeña en ser el viejo agotado de la vida, y Franco el tonto virginal. El problema de la película, en todo caso, es que resulta alarmantemente falta de timing cómico, y eso se nota en sus supuestas secuencias de descontrol nocturno donde ese desenfreno no llega a capturarse adecuadamente. Y para colmo de males la película se enreda en algunos conflictos familiares del personaje principal, que ponen al relato un velo de seriedad y solemnidad que podría haber sido resuelto de otra forma. Lo que queda es un intento algo desesperado del protagonista y del mismo Vaughn por sostenerse a toda costa en el mercado. A pesar de algunas ideas muy buenas (esa instalación museística de la que el protagonista termina siendo parte y que resulta una buena reflexión para un cortometraje), Negocios fuera de control es una película que en el evidente cansancio de algunas actuaciones (Vaughn, Wilkinson) se va haciendo consciente de su inevitable fracaso.

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