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Mar Negro

black sea 1Título original: Black Sea
Origen: Inglaterra / EE.UU. / Rusia
Dirección: Kevin Macdonald
Guión: Dennis Kelly
Intérpretes: Jude Law, Karl Davies, Llewella Gideon, Jodie Whittaker, Gus Barry, Konstantin Khabenskiy, Daniel Ryan, Scoot McNairy, Tobias Menzies, Michael Smiley, David Threlfall, Sergey Kolesnikov, Sergey Puskepalis
Fotografía: Christopher Ross
Montaje: Justine Wright
Música: Ilan Eshkeri
Duración: 114 minutos
Año: 2014
Compañía editora: Blushine


6 puntos


Las ambiciones y sus profundidades

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

black sea 2Aunque no tan conocida, la carrera de Kevin Macdonald ya es extensa y con unas cuantas obras prestigiosas en ciertos círculos, como el sobrio documental ganador del Oscar Un día en septiembre (sobre la toma de rehenes de los atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972) y la muy floja El último rey de Escocia (por la que Forest Whitaker se llevó el Premio de la Academia, gracias a una actuación absolutamente superficial). Sin embargo, su mejor film probablemente sea Los secretos del poder, que giraba alrededor de la ética tanto del periodismo como de la política y que se apoyaba fuertemente en una actuación excelente de Russell Crowe. Ecléctico como es, el cineasta ahora aborda un relato aparentemente genérico en Mar Negro, aunque el film luego vaya revelando otras capas de significado.

El subgénero de submarinos no tiene tanta popularidad, pero ha dado films muy interesantes, los cuales ya hemos nombrado en la reseña de Phantom, y hay que reconocer que Macdonald demuestra bastante conocimiento de sus temas y estructuras narrativas: en Mar Negro vuelven a aparecer la puesta en escena lógicamente claustrofóbica, la acumulación de tensiones, los códigos de profesionalismo que entran en colisión y los dilemas sobre el liderazgo, el poder y las responsabilidades que estos acarrean, en este caso a través de la historia de un veterano marinero (Jude Law) que acepta un oscuro trabajo comandando un submarino, cuyo objetivo es encontrar otro submarino nazi hundido durante la Segunda Guerra Mundial y del cual se rumoreaba que contenía un inmenso cargamento de oro.

Durante los primeros dos tercios, Macdonald sostiene el relato con habilidad, reflejando el choque de perspectivas en una tripulación compuesta tanto por británicos como rusos -todos personajes construidos a partir de estereotipos que por suerte no pierden funcionalidad-, apoyándose en buena medida en una sólida interpretación de Law, quien, a pesar de un tanto inverosímil acento escocés (él es inglés), consigue alejarse de su presencia habitualmente glamorosa sin perder credibilidad como un hombre duro y experimentado que debe lidiar con toda clase de dificultades, no sólo por la odisea marina que debe afrontar, sino también por las ambiciones de sus lugartenientes y las suyas propias.

El mayor problema para Mar Negro surge cuando el realizador no puede con su genio, quiere mostrarse como “profundo” y necesita forzar una serie de diálogos y discursos sobre cómo las corporaciones manipulan a los trabajadores, y las formas que estos encuentran para rebelarse y tomar revancha, que como mínimo están forzados y empantanan la narración. Ya le había pasado esto a Macdonald y todavía no termina de aprender que determinadas tópicos ya están presentes en la acción y que no necesitan ser subrayados y reforzados a través de la palabra.

Por suerte, la retórica no termina de imponerse a las imágenes y Mar Negro termina redondeándose como un film de tono medido, sin grandes alardes a pesar de sus climas opresivos y hasta melancólico en su conclusión, donde la codicia choca y a la vez se da la mano con el profesionalismo. Una nueva muestra de que las aventuras de submarinos son irremediablemente oscuras y que tienen un piso de excelencia sumamente interesante. Y claro, de que Jude Law es bastante más que una cara bonita.

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