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El llamado

calling posterTítulo original: The Calling
Origen: EE.UU. / Canadá
Dirección: Jason Stone
Guión: Scott Abramovitch, sobre la novela de Inger Ash Wolfe
Intérpretes: Susan Sarandon, Gil Bellows, Ellen Burstyn, Topher Grace, Donald Sutherland, Christopher Heyerdahl, Kristin Booth, Kevin Parent, John Ralston, Ted Whittall, Ella Ballentine, Katy Breier
Fotografía: David Robert Jones
Montaje: Aaron Marshall
Música: Grayson Matthews
Duración: 108 minutos
Año: 2014
Compañía editora: Blushine


7 puntos


De creencias y de muertes

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

calling1No hay nada particularmente innovador en El llamado pero, vaya paradoja, esa quizás sea su mayor virtud. Su tono medido, sobrio, sin alardes, van cimentando un relato amable -por lo fácil de seguir- pero tenso y seco, perfectamente funcional para su estructura de thriller con asesino serial.

Y eso que había unos cuantos condimentos como para formar una receta para el desastre, con un relato centrado en una alguacil de un pequeño pueblo, Hazel Micallef (Susan Sarandon), quien arrastra problemas de alcoholismo y un reciente intento de suicidio, que comienza a investigar una sucesión de asesinatos que de a poco irá quedando claro que son obra de un asesino serial con motivaciones religiosas. Estaba todo dado para el regodeo en las miserias de la protagonista, lecciones de vida o perezosos discursos religiosos. Y aunque algo de eso hay en ciertas secuencias de trazo grueso, lo cierto es que el director Jason Stone (quien llamativamente venía de coescribir el corto en el que se basó Este es el fin), con la ayuda del guionista Scott Abramovitch -quien se basa en una novela de Inger Ash Wolfe-, sigue una meta clara durante toda el metraje, que es la de buscar generar suspenso con herramientas nobles y exponer con aceptables niveles de sutileza los efectos generados en los personajes a medida que se acumulaban los cadáveres.

Esta sobriedad se traslada al elenco: no sólo tenemos a Sarandon encontrando el tono justo para generar empatía sin excesos gestuales; sino también a un Topher Grace que utiliza el estereotipo del policía novato a su favor; y a Ellen Burstyn, Donald Sutherland y Christopher Heyerdahl perfectos en sus respectivos roles. De ahí que vaya surgiendo a lo largo de la historia una visión tan oscura como sólida sobre cómo determinadas cuestiones espirituales se conectan con las creencias, los padecimientos corporales y la muerte. El llamado dice todo esto en voz baja, porque con ese tono le resulta suficiente y el final refuerza la inquietud que buscaba.

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