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El conductor

drive posterTítulo original: Drive hard
Origen: EE.UU. / Canadá / Australia
Dirección: Brian Trenchard-Smith
Guión: Chad Law, Evan Law, Brigitte Jean Allen, Brian Trenchard-Smith
Intérpretes: John Cusack, Thomas Jane, Zoe Ventoura, Christopher Morris, Yesse Spence, Jerome Ehlers, Carol Burns, Robert Newman, Christopher Sommers, Andrew Buchanan, Damien Garvey, Jason Wilder, Adrian Auld
Fotografía: Tony O’Loughlan
Montaje: Peter Carrodus
Música: Bryce Jacobs
Duración: 92 minutos
Año: 2014
Compañía editora: SBP


2 puntos


Cuando todo sale mal

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

drive1Cuentan que el guión de Duro de matar se iba escribiendo sobre la marcha, durante el transcurso de la misma producción, de acuerdo a los cambios que iban introduciendo sobre la trama. También que buena parte de los diálogos de Virgen a los 40 se improvisaron parcial o totalmente. Del mismo modo, da la impresión de que el guión de El conductor  hubiera sido armado sobre la marcha y que casi todas las líneas de los personajes hubieran sido inventadas por los actores en plena filmación. El problema es que si en el clásico de acción de 1988 todo funcionaba como un relojito y en la comedia del 2005 cada una de las ocurrencias de los intérpretes era una delicia, en esta cinta de acción del 2014 todo, absolutamente todo, sale mal. Todo. Absolutamente todo.

El film de Brian Trenchard-Smith tiene una anécdota simple pero que a priori puede funcionar: un ex conductor de autos de carreras (Thomas Jane) es secuestrado por un misterioso y excéntrico ladrón (John Cusack), quien lo fuerza a ser su conductor luego de un asalto que pone detrás de ellos tanto a la policía como a la mafia. La película está rodada en Australia y allí es donde transcurre el relato, pero es apenas un dato, y hasta lo mismo se podría decir respecto a cómo se intenta tomar el género de la comedia para hacer avanzar la trama, montando la típica estructura de pareja despareja forzada a ayudarse mutuamente frente a circunstancias extremas. Pero El conductor es de esos casos similares a Apuesta máxima: desde el comienzo todo está mal acomodado y nada se revierte para el lado correcto a medida que avanza el metraje, como si el destino de mediocridad fuera imposible de corregir.

Quizás sea porque ninguno de los involucrados parece tener ganas de estar ahí: Jane parece haberse despertado hace unos minutos luego de una orgía con demasiadas drogas y tiene un peinado que lo hace lucir como una mala versión de Nicolas Cage -y eso es decir mucho-; mientras que Cusack está probablemente en la peor actuación de su carrera y sólo le falta un cartel gigante atrás suyo que diga “estoy acá sólo por el cheque”. Lo mismo se podría decir del director -quien nunca se muestra interesado en construir una secuencia de acción mínimamente decente- y del resto del elenco, todos como esperando a terminar con el proyecto para salir huyendo a otro lado.

El conductor termina siendo una gran decepción porque aún con pocos elementos podía haber sido un producto decente. Sin embargo, nunca encuentra el rumbo, acumula elementos arbitrariamente e hilvana tanto los chistes como las persecuciones sin ganas, sin preocuparse por cómo generar carcajadas o tensión en el espectador. Un film como para terminar de sepultar la carrera de Thomas Jane y dudar del criterio de John Cusack.

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