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Footloose: todos a bailar

footloose posterTítulo original: Footloose
Origen: EE.UU.
Dirección: Craig Brewer
Guión: Dean Pitchford, Craig Brewer, sobre la historia de Pitchford
Intérpretes: Kenny Wormald, Julianne Hough, Dennis Quaid, Andie MacDowell, Miles Teller, Ray McKinnon, Patrick John Flueger, Kim Dickens, Ziah Colon, Ser’Darius Blain, L. Warren Young, Brett Rice
Fotografía: Amy Vincent
Montaje: Billy Fox
Música: Deborah Lurie
Duración: 113 minutos
Año: 2011
Compañía editora: AVH


6 puntos


La canción sigue siendo la misma

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

footlooseA partir del estallido del pop, la década del 80 fue pródiga en fenómenos culturales masivos y el cine resultó una plataforma ineludible. Y gracias a la nostalgia, abstracción que se lleva bien con la industria cultural, muchos de esos fenómenos permanecen vivos en la memoria audiovisual, incluso trascendiendo a la generación que la vivió y alcanzando a otras que por imposición los abrazan como propios. Dentro de esa sucesión de éxitos que puso en primer plano a géneros como el terror, la aventura, la ciencia ficción, la acción y el infantil, los dramas musicales también vivieron su período de gracia con Fama y Footloose. Hablamos de musicales alejados de aquellos films con coreografías y glamour, en verdad películas con canciones pegadizas y algunos bailes. Footloose es uno de esos ejemplos, y la película que nos convoca a partir de la remake que tuvo hace unos años.

Esta versión dirigida por Craig Brewer y protagonizada por Kenny Wormald, Julianne Hough y Dennis Quaid, como el joven rebelde, la hija del pastor y el pastor -respectivamente- contó desde el guión con la presencia de Dean Pitchford, autor de la historia original filmada en 1984. Y la historia -y la canción- sigue siendo la misma, con el joven que busca instalarse en un pueblo donde las autoridades prohibieron cualquier expresión vinculada con los jóvenes, especialmente bailar en público, y los adolescentes tendrán que rebelarse contra el sistema que los controla y oprime. Con ligeras modificaciones, esta producción de MTV le saca un poco más de punta al costado melodramático del cuento y actualiza parcialmente algo que allá por los 80’s ya sonaba un poco a antigualla simpática. Aunque efectiva.

Y esta remake, que calca algunos recursos visuales y narrativos (especialmente varios planos de la secuencia final), tiene la suficiente honestidad como para no ponerse posmoderna y conformarse con su cuentito. Que si no ha impactado como se esperaba, es en parte porque el público de hoy -vaya sorpresa- no es el de ayer, y el conflicto que aquí se cuenta ya no funciona de la misma manera que lo podía hacer en plena era Reagan: en los 80’s se podía provocar con una tontería refrescante como esta. Y también, cuando el recuerdo nostálgico es tan grande, algo que busque reemplazar será visto siempre como una herejía. Footloose, por otra parte, demuestra que cuando se busca emular un original, siempre hay un componente que demuestra la falibilidad del conjunto: eso es lo humano. Decididamente Kenny Wormald no es Kevin Bacon, o tal vez  lo sea pero nuestra memoria audiovisual nos lo niega. Ese encanto, esa gracia, ese desparpajo adolescente (los adolescentes serían quienes tomarían Hollywood por asalto a partir de esa década y mandarían en la taquilla) está aquí ausente, y la generación MTV demostraría que ser adolescente es también caber en una lata de tomates. Un poco esa rebeldía prefabricada atenta contra la liberación que el film propone, más allá de que Footloose -el tema- sigue siendo pegadizo y sea imposible separarse del sentimiento de placer que inunda la pantalla cuando sus acordes empiezan a sonar.

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