Sobre fin de año se estrenará El hobbit: la batalla de los cinco ejércitos, conclusión a la trilogía que adapta la novela breve de JRR Tolkien dirigida Peter Jackson, y se conoció que el film culminará con una batalla de 45 minutos.
En una entrevista con Entertainment Weekly, Jackson develó que el épico clímax final consistirá en una batalla de 45 minutos. Para orquestar esta ofensiva, el director necesitó mucha planificación de antemano: “hay muchas cuestiones de logística que tuvimos que tener en cuenta”, confesó: “tenemos a enanos, hombres, elfos y orcos, todos con diferentes culturas, con diferentes armas y diferentes escudos y patrones y tácticas”.
Esta gran mezcolanza de ejércitos tiene lugar al pie de La Montaña Solitaria donde se disputa el tesoro de Erebor. Así que esto también conllevó su complicación: “antes de lanzar la primera flecha, tuvimos que diseñar un paisaje y luego plantearnos: `bien, tenemos 10.000 orcos, ¿cuánto espacio van a ocupar? ¿Van a llenar todo el valle o van a parecer una manchita?´. Y luego comenzaríamos a dibujar esquemas de las trayectorias de las flechas”.
Además de los orcos, también tuvieron muy en cuenta el papel que desempeñarían las águilas, que igualmente aparecen dibujadas en el esquema. Pero el cineasta asegura que no llegarán al final para resolverlo todo sin más de forma típica, como se podría esperar. “Tolkien utiliza a las águilas de una forma un tanto extraña porque tienen a aparecer de la nada y cambiar las cosas de repente”, declaró. “Pero en nuestra versión forman parte del plan desde antes y no son simplemente las salvadoras”.
Con estas palabras, Jackson se está refiriendo a uno de los aspectos más criticados del guión de El retorno del rey, donde la aparición de estos seres mitológicos se calificó de Deus Ex Machina, es decir, una solución que parece sacada de la manga. “Me refiero a que soy consciente de que si las águilas pudiesen haber transportado a Frodo hasta la Montaña de Fuego en El señor de los anillos para que él arrojase el anillo, las películas habrían sido mucho más cortas”.
Con respecto a la duración de la secuencia de la batalla, el neozelandés es consciente de que cualquier espectador, por muy ávido de acción que se encuentre, podría cansarse presenciando luchas de forma tan constante. Ante esta preocupación, él y su equipo han dado con una estrategia: “tenemos una regla que nos impide montar más de dos o tres planos de personajes desconocidos luchando sin intercalarlos con planos de nuestros protagonistas peleando. Si no, el público acaba fatigado de tanta batallas”.
(Fuente: Cine 54)