No estás en la home
Funcinema

La fraternidad

brotherhood posterTítulo original: Brotherhood
Origen: EE.UU.
Dirección: Will Canon
Guión: Will Canon, Doug Simon
Intérpretes: Trevor Morgan, Jon Foster, Lou Taylor Pucci, Arlen Escarpeta, Jesse Steccato, Jenny Shakeshaft, Luke Sexton, Chad Halbrook, Preston Vanderslice
Fotografía: Michael Fimognari
Montaje: Josh Schaeffer
Música: Dan Marocco
Duración: 76 minutos
Año: 2010
Compañía editora: SBP


6 puntos


Excesos de juventud

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

brotherhood unoComo una reversión de las típicas comedias adolescentes sobre fraternidades universitarias, con exceso de alcohol, chicas candentes y fiestas ensordecedoras, La fraternidad es un acercamiento desde el policial a esas jodas hormonales que salen decididamente mal, pero que en este caso -como el género manda- tendrán un desenlace mucho más trágico. El film dirigido por Will Cannon (editado aquí por SBP) resuelve toda su historia en intensos 76 minutos y tiene la virtud de rasurar sus tiempos muertos hasta convertirse en un presente constante repleto de sorpresas, algunas de ellas que rozan lo inverosímil pero que muestran a un realizador con un interesante manejo de la tensión.

La fraternidad se parece mucho a esos policiales de los 90’s que tenían una pizca de cinismo y mucho de canchereada, y que contaban con guiones repletos de trampas y vueltas de tuerca. Y que por su ingenio, además, fueron vehículos para que algunos nombres se terminen instalando en el mainstream norteamericano, a saber: Viviendo sin límites (1999), de Doug Liman; Fresh (1994), de Boaz Yakin; o Secretos familiares (1998), de Skip Woods. La diferencia aquí es que Cannon es mucho más clásico y rudo en su forma de exponer los hechos, casi setentoso, y para nada posmoderno. El suyo es un film de una violencia seca, con algunas pinceladas de humor aisladas.

Si el film arranca muy bien, su tendencia a rizar el rizo la lleva a buen puerto hasta sus últimos minutos, donde empieza a dar demasiadas vueltas y se enreda, tanto narrativa como argumentativamente: hay una mirada hacia ese americano blanco que lidera las fraternidades y hacia el racismo, que se termina valiendo de algunos prejuicios un tanto peligrosos. Además, en su evidente intención de sorprender y pegar volantazos, Cannon (director y guionista) se olvida de construir personajes más o menos empáticos, con los cuales podamos ponernos de su lado, y llega a un clímax con una secuencia tan tensa como inverosímil. Pequeños deslices de guionista, que le impiden a la película ser algo más que su intensa premisa original. De todos modos, el director se prepara para filmar Demonic, una de terror que parte de una historia del reconocido James Wan.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.