-El cine comprometido irrumpió hoy en la Berlinale con Forest Whitaker en la piel de un preso en libertad condicional converso al islam en el árido Nuevo México. La voie de l’ennemi, título original en francés para un film que discurre en inglés y español y que es una revisión de Two Men in Town (1973), coloca a un contenido Whitaker contra las cuerdas, recién salido de prisión tras 18 años entre rejas por el asesinato de un policía y tráfico de drogas. «No trato únicamente de trasladar la problemática de la islamofobia a Nuevo México. Ese es solo un aspecto del perfil aparentemente contradictorio del negro americano que quiere reconstruir su vida», apuntó Rachid Bouchareb, tras el pase del film. El film del director argelino-francés incide en otras formas de acoso, como la de los inmigrantes ilegales en EE.UU., extorsionados por las redes de tráfico humano y criminalizados por la policía. Ni el «sheriff» (Harvey Keitel) ni su antiguo patrón (Luis Guzmán) dejarán a Whitaker reconstruir su vida, por encima del apoyo de la funcionaria (Brenda Blethyn) a cuya custodia queda o la mexicana (Dolores Heredia) de la que se enamora.
-En la jornada se presentó el primer film alemán a concurso, Jack, una película apuntalada en un niño (Yvo Pietzcker) que protege a su hermano menor y cuida además de una madre postadolescente sin oficio conocido y muchos novios pasajeros. Jack es otro personaje acosado que trata de hacer lo correcto, incluso de adaptarse al centro de acogida asignado por los servicios de asistencia social que lo separan de su madre, y que topa con todo tipo de hostilidades, declaradas o no. El filme de Edward Berger discurre como una guía de Berlín y también de la Alemania precaria de hoy, entre adultos desbordados e incompetentes y chicos obligados a ser adultos. Jack encaja perfectamente en uno de los ejes temáticos preferentes de la presente Berlinale, el de los menores en situación de conflicto, se desmarca del género, para muchos insufrible, de la «película con niño» y tiene la virtud de presentar una situación límite sin caer nunca en la lágrima fácil.
-La tercera película a competición, 71, trasladó la Berlinale a un conflicto, el norirlandés, en 1971. Un escenario que tal vez queda algo fuera de la agenda cinematográfica y política actual, pero que el francés Yan Demange retoma con valentía. Su ser hostigado es un soldado británico, Jack O’Connell, que en la confusión de los disturbios desatados al paso de su patrulla cae en territorio de nadie o de todos: la línea divisoria de un barrio a merced de comandos paramilitares, protestantes y católicos. La cámara de Demange se mete en las entrañas de esos disturbios, desde la perspectiva múltiple del pánico del soldado, de las mujeres norirlandesas que pasean a sus hijos en el cochecito entre vehículos ardiendo, de los norirlandeses que buscan que la situación estalle y de los que tratan de rebajar la tensión.
-Los actores Christian Bale y Bradley Cooper junto al realizador David O. Russell exhibieron hoy en Berlín la Escándalo americano. La obra de Russell, que llega a la capital alemana después de haber recibido diez nominaciones a los próximos premios Oscar, narra la historia, basada en hechos reales, de una operación llevada cabo a finales de los años 70 contra la corrupción en Atlantic City. Russell, declaró en la rueda de prensa posterior a la proyección que se trata de una película sobre gente que trata de ser las personas que quieren ser, elemento que, en su opinión, acompaña a todos los seres humanos a lo largo de su vida. «No es una película cínica sobre gente que humilla o engaña a otra gente, sino que se trata de una idea más grande sobre la humanidad, sobre cómo todo el mundo, incluso en esta sala, es un actor, y todos abrazan una identidad y se crean a sí mismos», manifestó el director estadounidense.
-El cine mexicano entró con buen pie en la Berlinale con Güeros, film dirigido por Alfonso Ruizpalacios y definido por el cineasta como un «canto a la amistad», en formato de road movie y sobre el trasfondo de las protestas juveniles por el derecho a la educación. El festival acogió con entusiasmo la historia, en blanco y negro, de los tres muchachos que dejan una vivienda destartalada y sin electricidad para ponerse en ruta en un auto, igual de destartalado, en busca de un cantante agónico, ídolo de la generación anterior. «Los héroes, cuando los tenemos delante, resultan muy distintos a como nos los imaginamos», comentó Ruizpalacios, al término de la proyección, bajo el impacto de la acogida dispensada a su película, exhibida en la sección Panorama.
-La Berlinale estrenó hoy, en la sección Panorama, la película Yves Saint Laurent, un retrato humanizado del modisto francés, interpretada parcialmente por actores de la Comédie Française. «Nuestro film se adentra en la personalidad y el entorno real de Yves Saint Laurent, más allá del mito», indicó su director, Jalil Lespert, tras la presentación de la película, que abrió la sección Panorama Special. Pierre Niney, de 21 años y el más joven integrante de la Comédie Française, es el encargado de interpretar el personaje del modisto, papel que asumió con el propósito de «ir más allá de los clichés existentes en torno a la ‘haute costure'», indicó el actor. El film de Lespert retrata la figura de Saint Laurent, quien con 21 se convirtió en asistente de Christian Dior y, a la muerte de este, en una especie de heredero y sucesor natural.
-John Lithgow presentó hoy su última película Love is strange, una tragicomedia donde el actor neoyorquino interpreta a uno de los amantes en un matrimonio homosexual que se ve obligado a abandonar su hogar. La película dirigida por Ira Sachs, que se presenta en exhibición en la sección Panorama del festival, está inspirada en su propio matrimonio y «pretende reflexionar sobre las distintas perspectivas que tiene cada persona según los distintos momentos de la vida», aseguró el director, en una rueda de prensa celebrada hoy en la capital alemana. «Con el guión de Love is strange, tuve una de las mejores primeras lecturas de guión que he tenido en muchos años», declaró Lithgow en su primera visita al Festival de Cine de Berlín. «De Ben -su personaje- me encanta la mezcla entre lo adorable e irónico. En general me gustan los personajes que puedan aportarme algo y yo a ellos, no su orientación sexual», aseguro el actor estadounidense. El actor con el que forma matrimonio en la gran pantalla es Alfred Molina, con el que declaró tener una gran amistad desde hace años, por lo que no le fue complicado rodar las escenas más íntimas de la película.
-La dirección de la Berlinale ha incluido tres homenajes póstumos al actor estadounidense Philip Seymour Hoffman, a su colega austríaco Maxiliam Schell y el director húngaro Miklos Jancsó, los tres fallecidos en los últimos días. El festival de cine proyectará en una gala especial el film Capote, estrenado en la sección oficial de la Berlinale en 2006 y uno de los papeles más recordados de Hoffman, quien fue hallado muerto el pasado domingo, con 46 años. La dirección de la Berlinale ha decidido asimismo proyectar, en una gala especial el próximo domingo 9, Mi hermana María, en memoria de Schell, quien murió el pasado sábado a los 83 años. En el capítulo de homenajes póstumos ha quedado también incluido el veterano director húngaro Jancsó, fallecido el pasado 31 de enero con 92 años. El realizador estuvo presente en el programa del festival en varias ocasiones, tanto en la sección oficial de 1986, con «L’aube», como a exhibición en Forum, Panorama y Retrospectiva de otras ediciones posteriores.