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WGT 2013: guía para el viajero gótico (primera entrega)

_MG_7891-2Por Julieta Paladino

(@mirellablu)

Hace apenas 3 meses había escuchado hablar de la Wave Gotik Treffen a través de mis amigos pero no tenía idea de la magnitud de dicho festival ni de que en algún momento en mi vida iba a poder vivirlo en carne propia, así como tampoco tenía ninguna certeza de poder visitar el viejo continente en el 2013, aunque lo deseaba fervientemente. La verdad es que todos los factores se fueron dando para que yo pudiera subirme al avión y dicho festival se convirtió en una de las principales metas de mi viaje, además de algunos otros motivos familiares en Bologna, Italia.

No les voy a decir que fue fácil llegar hasta la ciudad de Leipzig, porque cometí un error sólo para ahorrar unos centavos y terminé durmiendo en el aeropuerto de Frankfurt y atravesando luego el país germano en un colectivo que casi me deja varada en dicha ciudad. Para mayores detalles sobre mis contratiempos pueden leer más en mi blog, donde subiré con detalle toda mi travesía europea. Pero para los viajeros menos arriesgados, existen medios más simples para alcanzar dicha ciudad, ya que cuenta con un aeropuerto internacional y una gran estación de trenes: Leipzig Hauptbhanhof (vayan aprendiendo esta segunda palabra si se dirigen a Alemania porque significa “estación central” y la necesitarán para no cometer errores, ya que todas las grandes ciudades allí cuentan con varias estaciones de trenes).

Una vez en Leipzig tenemos dos opciones: dirigirnos a un cómodo hotel o hostel, cuyas tarifas suelen ser más elevadas que el resto del año y que es preciso reservar con meses de anticipación o acampar en el Agra, que es donde se llevan a cabo muchos de los recitales y fiestas de la Treffen, lugar al que también será preciso dirigirnos para visitar la aldea medieval, sus ferias y conciertos, así como todas las tiendas de ropa, discos, vinilos, objetos fetichistas y de sadomasoquismo, libros, carteras, trajes de época, máscaras antiguas, espadas, y miles de cosas más.

Obviamente, debido a mi organización de último momento, terminé acampando y gracias a Facebook conocí un grupo de chicos argentinos y de otras nacionalidades con quienes pude compartir carpa y la estadía.

Acá las advertencias para los inexpertos como yo en este tipo de festivales: al llevarse a cabo en unos parques que no funcionan todo el año como camping, la zona de las carpas no está provista de energía eléctrica y mucho menos de wifi (¡para qué va a querer Internet un europeo si ya lo tiene en su celular!), los baños de esta zona son todos químicos y hay canillas y piletas colectivas. Pero para personas más exigentes, existe más lejos una serie de duchas y baños tradicionales, para los cuales hay que pagar 1,50 euros y 0,50 euros respectivamente. Aquí mismo es posible también recargar baterías, pagando para entrar y haciendo una larga fila.

En comparación con el alemán promedio que va al Agra, mi grupo de campamentistas era de lo más agreste. Deben saber que quienes asisten a la Treffen se llevan enteros trailers con objetos o casillas rodantes. Es posible ver de todo: desde personas con su propia ducha y sistema de agua portátil, carros llenos de cerveza, espejos gigantes para arreglarse para los eventos, hasta gente con un espiedo gigante cocinando su propio cerdo al lado de la carpa, y estos son sólo algunos ejemplos. Es que este festival, además de ser único en su género y por su convocatoria masiva, se destaca también por el gran cuidado que sus asistentes ponen en maquillarse y lookearse para las distintas ocasiones. Como podrán ver en las fotos, ni el clima cálido de primavera ni el barro como consecuencia de las intensas lluvias nocturnas, lograron amedrentar a los góticos que día tras día se reinventaban en nuevos y elaborados atuendos para captar la atención de fotógrafos, turistas y curiosos. Supongo que es poco frecuente hallar un festival de tal magnitud donde los protagonistas no son simplemente las bandas, sino todo el público que asiste a él.

IMG_9316-2También sorprende bastante, aunque en Alemania resulta de lo más común, que se trata de un festival musical que reúne personas de todas las edades: es un festival para toda la familia. De hecho el camping cuenta también con una guardería para los más pequeños. Pero las diversas atracciones, en particular las de la aldea medieval, son aptas para todo público y no veremos nada fuera de lugar, salvo alguna persona corriendo desnuda, pero que es aceptado con una sonrisa por los germanos. Asimismo hay que destacar que, más allá de que seguramente habrá más de un borracho, los alemanes son personas muy educadas, así que es prácticamente imposible toparnos con una pelea a lo largo del festival, y podemos dejar tranquilos nuestras pertenencias en la carpa y saber que generalmente todo va a estar en su lugar cuando regresemos.

Otra cosa muy importante de este festival y de la cultura de este país es que a nadie le importa cómo se viste o qué hace otra persona. Por ejemplo, toparnos con una familia con niños en la que el padre está vestido de mujer es algo usual y no recibirá ningún tipo de comentario ofensivo. Del mismo modo, las chicas tenemos la libertad de ir a un bar o fiesta  solas y vestidas de la manera que queramos (por más provocativa que sea) y sabemos que seremos respetadas y que lo más factible es que en toda la noche nadie nos saque a bailar o a lo sumo se nos acerquen a hablar, pero del modo más cortés posible.

En la Treffen los recitales y fiestas se llevan a cabo también en distintos lugares o bares en las diversas puntas de la ciudad de Leipzig, pero para alcanzarlos el festival nos otorga pase gratis a todos los medios de transporte público: colectivos y tranvía. De todos modos, es necesario calcular que algunos recitales se llevan a cabo en lugares bastante distantes entre sí y que a veces tendremos que renunciar a alguna banda para ver otra. Otro dato importante para quienes quieran ir con niños es que, salvo muy cerca del escenario, los volúmenes de sonido de las bandas no son muy altos y no correremos ningún tipo de riesgo de ser golpeados, ya que no existen pogos ni avalanchas: cada cual escucha la banda en su lugar moviendo la cabeza y a lo sumo bailando.

Después de todas estas aclaraciones previas para futuros viajeros, ya están listos para saber con detalle que ocurrió a lo largo de la Wave Gotik Treffen 2013. Pero para esto les haré esperar hasta mi siguiente entrega. Sólo les voy a anticipar que pude asistir a montones de recitales, una ópera y la exclusivísima fiesta fetichista, a la cual es imposible concurrir con un atuendo normal, así que imagínense. Me despido hasta la próxima entrega: ¡auf wiedersehen!

Segunda parte.

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