Por Rodrigo Seijas
La televisión por cable estadounidense se ha convertido en un sitio fértil para las series con altas dosis de violencia: Dexter, Boardwalk Empire, Breaking bad y The walking dead son sólo algunos ejemplos de shows que apuntan no sólo a configurar mundos violentos, sino también a reflexionar sobre sus formas y códigos. El estreno de The following (que pronto será seguido por Hannibal, centrada en la relación entre el Dr. Lecter y el Agente Will Graham) parece marcar una tendencia según la cual la sangre empieza a invadir el prime time de la televisión abierta. En la Argentina comenzará a verse desde hoy, todos los jueves a las 22, por Warner Channel.
The following tiene desde el vamos dos nombres bastante fuertes, como son Kevin Bacon y James Purefoy, encabezando el elenco. El primero interpreta a Ryan Hardy, un ex agente del FBI que deberá volver a enfrentarse con Joe Carroll (Purefoy), un asesino serial al cual atrapó, pero que desde la cárcel ha conseguido comunicarse con otros asesinos seriales, hasta formar una especie de secta que sigue todas sus órdenes. Carroll, un sujeto bastante brillante y carismático, ex profesor universitario y escritor fracasado, quiere comenzar todo el juego de nuevo, llevándolo a un nivel mucho más espeluznante, y teniendo el control absoluto de los acontecimientos, donde también quedarán involucrados la que alguna vez fue su esposa y su hijo. Entonces, volverá a entablarse una competencia entre Hardy y Carroll, donde las víctimas son los goles. Y este no será un aburrido cero a cero: habrán muchos goles.
La figura realmente clave en The following es su creador, Kevin Williamson, quien también supo idear la saga Scream, sin lugar a dudas la meta-franquicia de horror por excelencia. Pero su reflexión sobre los géneros no se ha quedado ahí, ya que también escribió el guión de Aulas peligrosas (otro filme que pensaba mucho los códigos del terror y las cintas situadas en colegios secundarios) y fue la mente detrás de Dawson´s creek, una serie que no por casualidad tenía entre sus personajes principales a un joven que quería ser director de cine. Aquí el guionista y productor vuelve a aplicar su capacidad reflexiva, meditando sobre los diversos elementos que componen los relatos de suspenso sobre asesinos seriales: el villano carismático que ayuda en cierto modo a construir al héroe torturado; el protagonista imperfecto y humano que genera empatía en el espectador; la identificación del agente de la ley tanto con las víctimas como con los victimarios; las sorpresas y vueltas de tuerca; los sucesos que se repiten de forma circular.
Williamson indudablemente conoce el género que aborda y va concibiendo la serie como una gran saga, que comienza en lo que Carroll denomina “la secuela”. Lo que sería la primera parte fue la caza de Carroll por parte de Hardy, que terminó con el primero en prisión, y de ella se pueden ver flashbacks que van ayudando al espectador a ver cómo los personajes llegaron hasta el presente, muy en línea con esa gran locura narrativa que fue Lost. Sin embargo, a The following por momentos se le nota demasiado el cálculo y la dificultad para proseguir una historia que corre el riesgo de agotarse muy pronto, por lo ajustado de su esquema. Es cierto que los primeros dos capítulos (el Piloto y Chapter Two) fueron realmente muy buenos, pero los dos siguientes (The poet´s fire y Mad love) bajaron el nivel, a partir de la repetición de determinados giros típicos de los thrillers.
Manifiestamente, es la autoconciencia la que puede impulsar la serie hacia nuevas fronteras o terminar por hundirla. Uno puede apreciarlo en los dos triángulos amorosos que han aparecido hasta el momento en la historia. El formado por Hardy, Carroll y su ex esposa no sale del típico guiño hacia los que conocen este tipo de trágicas historias, con una mujer tironeada por las dos caras de una misma moneda. El realmente interesante es el integrado por Paul, Jacob y Emma, discípulos de Carroll, con sus propias diferencias internas, desafíos y ambiciones.
Mientras tanto, al menos en estos primeros episodios, The following se disfruta a partir no tanto de su ambición temática y/o formal, sino genérica. Probablemente el final de su primera temporada indique mejor cuál es su potencialidad a futuro.