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Aquel martes después de Navidad

Título original: Marti, dupa craciun
Origen: Rumania
Director: Radu Muntean
Guión: Alexandru Baciu, Radu Muntean, Razvan Radulescu
Reparto: Dragos Bucur, Maria Popistasu, Mimi Branescu, Mirela Oprisor, Victor Rebengiuc
Fotografía: Tudor Lucaciu
Montaje: Alma Cazacu, Cristina Hincu, Matei Ovejan, Alexandru Radu, Andrei Scutaru
Vestuario: Georgiana Bostan
Duración: 99 minutos
Año: 2010


7 puntos


Silencios de la vida conyugal

Por Cristian Ariel Mangini

Vista en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (en aquella ocasión las actrices Mirela Oprisor y María Popistasu compartieron el premio por sus actuaciones), la rumana Aquel martes después de Navidad cuenta lo que ocurre con Paul, un hombre maduro que tiene una esposa y una hija, pero a la vez mantiene una relación amorosa con otra mujer, un vínculo que le ha servido en el aspecto personal. Sin embargo, el film pone a la Navidad como un momento clave de este personaje, aquel en el que tenga que definir qué hacer con esta doble vida.

Con un guión quirúrgico trabajado desde lo dramático, esta película logra cargar con cada secuencia y cada silencio una serie de interrogantes que interpelan al espectador, sin caer en una resolución facilista desde lo moral. El desarrollo sostenido por paneos y planos largos confía y sostiene en sus actores el peso del ritmo de la película, más allá de un uso de las elipsis que resulta algo tosco, sobre todo si tenemos en cuenta que el film intenta ser lo más natural y cercano posible.

No hablamos sólo de encuadres, los diálogos y los silencios trabajan tiempos donde asoma un realismo implacable que en el desarrollo psicológico de los personajes se aleja de la formula hollywoodense (sin criticar esta visión), y opta por otro tipo de registro donde su proximidad con Cristi (Dragos Bucur), el infiel en cuestión, levanta preguntas necesariamente al espectador. En el medio surgen cuestiones como el ocultamiento del mundo adulto a los niños, que se trasluce en esa secuencia final, donde la complicidad entre la disuelta ex pareja para ocultar que no es Papá Noel quien trae los regalos, remarca otra cosa que aceptamos con sutileza e inteligencia por parte de Radu Muntean.

Hay que decir también que Aquel martes después de Navidad a veces resulta algo densa y no todas las secuencias complementan con su duración a la intención dramática que se le pretende dar. Un ejemplo sería la secuencia en el consultorio odontológico, a diferencia de aquella donde Cristi comunica y admite (se admite) que le fue infiel a su pareja. Profundo e intenso, el film también pertenece a esa “raza” de películas que se catalogan como “lentas”. Por lo tanto, poco pacientes, abstenerse.

(esta crítica, con modificaciones, fue publicada cuando el film se vio en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata)

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