No estás en la home
Funcinema

Un Dios salvaje

Autor: Yasmina Reza. Adaptación: Federico González Del Pino, Fernando Masllorens. Intérpretes: Gabriel Goity, Fernán Mirás, María Onetto, Florencia Peña. Escenografía: Alicia Leloutre. Diseño gráfico: Romina Juejati. Vestuario: Mariana Polski. Asistencia de dirección: Roberto Canepa. Producción general: Pablo Kompel. Dirección: Javier Daulte. Sala: Astor Piazzolla (Boulevard Marítimo 2280; Mar del Plata)


Muy buena


¡Sacate la careta!

Por Julieta Paladino

Cuatro personajes, dos parejas casadas, cada una con un hijo de once años que nunca aparece en escena, un conflicto: uno de los niños golpeó al otro con un palo y le rompió varios incisivos. ¿Hasta dónde serán capaces de llegar estos cuatro adultos frente a un conflicto infantil? ¿Qué tan fácil es perder la compostura y dejar emerger el instinto primitivo en situaciones cotidianas?

Todos estos planteos aparecen en Un Dios salvaje, bajo la dirección de Javier Daulte. Gabriel Goity, Fernán Mirás, María Onetto y Florencia Peña interpretan cuatro personajes que les quedan realmente “como anillo al dedo”, explotando sus características hasta sus aspectos más escatológicos y contradictorios con la imagen social que intentan dar en el comienzo: tenemos por un lado el comerciante de herrajes (Goity) casado con la escritora preocupada por los problemas sociales de Africa (Onetto) y, por el otro, el prototipo de abogado despreocupado de toda responsabilidad ética que no se despega del celular en ningún instante (Mirás) casado con su esposa perfecta y casi modelo (Peña). Dos ejemplos de familias de una clase media alta que intenta aparentar más de lo que tiene y de lo que es, pendiente del juicio ajeno. A partir de una serie de conflictos “in crescendo”, estos personajes irán abandonando sus respectivas máscaras sociales para delatar sus verdaderas esencias y bajezas. Todo esto logrado a partir de un destacado trabajo interpretativo y físico por parte del elenco.

Cabe resaltar que la obra original fue creada por la autora y dramaturga francesa Yasmina Reza en el 2007 y la versión argentina fue adaptada por Fernando Masllorens y Federico González del Pino, convirtiéndola en un conflicto “aporteñado” muy cercano a la realidad del espectador bonaerense. Esto será evidente hasta en la escenografía representativa de un típico loft minimalista o en las azucenas de una florería cheta.

Se trata de una obra tragicómica que hace reír sin ninguna tregua los espectadores más serios, exponiendo un abanico de miserias humanas, conflictos de pareja o contradicciones propias del mundo de los medios masivos de comunicación en el cual estamos insertos.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.