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BAFICI 2011: resumen compartido

Como saben, terminó la 13ª edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Otra más que se va y otra más que deja sensaciones, que pueden ser de hastío, de duda, de ganas por lo que viene, como verán en los textos que siguen. Desde hace un tiempo en Fancinema hemos decidido que no hay una mirada posible sobre este tipo de eventos. Su característica de inabarcable, posibilita varios puntos de vista. Por eso, a partir de ahora cuatro miradas al BAFICI que pasó. Cada uno podrá coincidir o no con lo que se expone a continuación. Pero eso ya queda a su criterio, el cual está modelado por su propia experiencia. Más allá de las diferencias, en lo que todos coincidimos es: ¡que siga habiendo películas!


Por Daniel Cholakian

MIRADAS PERSONALES. Las miradas personales sobre acontecimientos como el BAFICI tienen poco valor periodístico. No me siento en condiciones de aproximar una mirada integradora del evento. He visto algo más de una veintena de películas, y sin embargo no logro estructurar una conclusión sobre esta 13ª edición. Como parte de un relato personal pobre, podría decir que este fue el BAFICI que menos me ha cautivado, el que menos entusiasmo me provocó. Me encontré con películas reiteradas, con estéticas que parecen haberse cristalizado en un sentido que les garantizan a sus realizadores la participación en festivales, y cierto diálogo autocomplaciente entre ellos y los programadores de aquí, allá y todas partes. Si lo mejor parece provenir de los consagrados y sólo dos o tres películas nos sorprenden, entonces un festival como este, que se pretende independiente y espacio de nuevas tendencias y sentidos, no ha cumplido su objetivo. Pero lo cierto es que tal vez sólo sea efecto de mi edad, mi cansancio y mis ganas de escuchar voces jóvenes que me indiquen que no todo está perdido y que el mundo puede ser mejor y que un día el sol de los cines iluminará el rostro de otros, a quienes todavía parece no iluminar. Un BAFICI sin conflicto, en primera persona, autorreferencial, esa es la sensación que me deja este domingo casi gris, en que se termina la edición 2011.

Top five (sin orden y sin incluir películas de la sección Panorama): Mercados de futuros (Mercedes Alvarez); La balada de Genesis y Lady Jaye (Marie Losier); Yatasto (Hermes Paralluelo); Gabi on the roof in July (Lawrence Michael Levine); y La vida útil (Federico Veiroj)


Por Rodrigo Seijas

POLITICA. No deja de ser casualidad las premiaciones a dos filmes con evidentes tintes políticos como Qu’ils reposent en révolte y El estudiante. Y esto obliga a pensar cómo el cine mundial piensa los sucesos políticos que ocurren a su alrededor, pero especialmente lo que tiene para ofrecer el cine argentino con respecto a la materia. No estaría mal empezar por descartar lo propuesto por el cine de Campanella, con su practicidad y flexibilidad moral. Pero especialmente hay que empezar a preguntarse si la imagen de la sociedad degradada e imposibilitada que aparece en la mayoría de nuestro cine ya no quedó agotada, o más bien, que se necesitan nuevas perspectivas. Eso no significa renegar de los méritos de lo que ya se hizo, sino de continuar pensando en formas y contenidos renovadores y propositivos, que expandan las fronteras de lo posible. Vienen apreciándose signos de estancamiento en el BAFICI no sólo en lo que se ve, sino también en cómo se lo ve y piensa a través de sus estructuras. El BAFICI tiene que dejar de ser sólo para sí mismo (con sus integrantes y componentes, entre los que me incluyo de manera un tanto indirecta). Debe ser también para una sociedad que le reclama un diálogo, incluso a través del silencio.

Top five: Allez raconte (Jean-Christophe Roger); The apple and the warm (Anders Morgenthaler); 13 assassins (Takashi Miike); Las marimbas del infierno (Julio Hernández Cordón); The great bear (Esben Toft Jacobsen)


Por Javier Luzi

CON MIS MEJORES DESEOS. Qué bueno que siga existiendo un espacio que se siente cada vez más consolidado como el BAFICI. Qué bueno que uno pueda participar de él. Qué bueno sería que algo hiciera que se rompiera esa sensación de medianía, achatamiento y previsibilidad que parece haber empezado a querer instalarse, de un tiempo a esta parte, en las secciones (a pesar de los cambios de nombres) o en las decisiones de los programadores. Qué bueno si comprendiéramos de una vez que cuantas más posiciones, miradas y criterios sobre el cine existan y se expongan resultando en películas ganamos todos, y así nuestra cinematografía podría crecer tanto más. Qué bueno si entendiéramos que las camarillas y cualquier grupo monopólico no son beneficiosos, ni aunque estén a tono con nuestra manera de ver el mundo. Qué bueno si la crítica fuera más profesional y sólida en sus argumentaciones. Qué bueno sería que los hacedores del BAFICI recuerden a qué se refiere la segunda letra “I” de su nombre. Chau 13 y hola 14. Hasta abril del 2012.

Top five: Poetry (Lee Chang-dong); Ausente (Marco Berger); The ballad of Genesis y Lady Jaye (Marie Losier); Good for nothing (Kijû Yoshida), Nostalgias de la luz (Patricio Guzmán)


Por Gabriel Piquet

VOLVER. Desde 2007 que no venía al BAFICI. No cambió mucho. Eso puede ser positivo o no. Por el lado de las películas el nivel fue bueno (nada más) y se mantiene la línea de cierto riesgo. Hay que aclarar que para mí que hace mucho que participo de festivales (tanto el de Mar del Plata como este) ya perdió la mística que pudo haber tenido el primer BAFICI, en aquella época uno tenía mas expectativas de lo que vería o descubriría. Me sigo cruzando con gente, pero muchos de los que venían a los primeros festivales ya no vienen más. Fue una linda estadía y una vuelta al barrio, como toda vuelta me costó al principio pero después volví al ritmo. Como no me desespero por los títulos más nombrados o de autores consagrados, no tuve problemas en conseguir entradas. A otros colegas esto los irrita más, pero esto se puede transformar en una sorpresa con final feliz (varias películas a las que no les tiraba una ficha me sorprendieron) y puede ser un final terrible en otros casos con verdaderas porquerías que ni sus realizadores mirarían. Pero el azar de ver títulos sigue siendo el motor principal para que yo concurra a estos eventos.

Top five: Mensajero (Martín Sola); Mercado de futuros (Mercedes Alvarez); The day of the ant in the sky (Akira Nobi); La cruz del sur (Patricio Guzmán); La derniere Annee (Peter Hoffmann)


Fotos: David Pafundi

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