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BAFICI 2011: corriendo de aquí para allá

Por David Pafundi

Primer día del BAFICI para este redactor. Llegado a Capital pasado el mediodía, luego de acomodarme un poco me dirijo a sala de prensa por mi credencial. Los de seguridad miran con desconfianza, como si uno pudiera llevar encima un paquete de C4. Me dan mi credencial y pregunto por el catálogo: “sí, están en el salón de abajo, salen $ 35”.

-¿No hay para prensa?

-No, sólo se lo mandaron a algunos.

Son cosas que pasan. Si al menos estuviera para descargar en PDF, pero ni eso…

Mientras espero conseguir entradas (algo casi imposible siendo las cuatro de la tarde), me encuentro con la gente del Museo del Cine: Fabián Sancho y Silvia Romero. Siempre es agradable cruzar palabras con ellos.

Anduve por el Pasaje Carlos Gardel para ver la función al aire libre de la danesa Football is good. Lo malo de estas proyecciones diurnas es el reflejo del sol que tapa gran parte de la pantalla. El documental está focalizado sobre tres personajes fanáticos de Boca, cada uno con un tipo de pasión distinta. El primero es Hernán, un periodista, fanático al extremo, que tan sólo recordando un gol de un histórico del club se emociona hasta las lágrimas, aunque él mismo reconoce su fervor por el fútbol y logra separarse de ello viéndolo desde un costado más analítico cuando conversa con su psicoanalista. La segunda es “La tía”, una sexagenaria que trata a todo el plantel como si fueran de su familia, conoce al equipo técnico, la dejan pasar a los entrenamientos cuando son a puertas cerradas, como si fuese alguien importante para el club, grita, los alienta, se apasiona, tiene un pico de presión en medio de un partido, y hasta les hace regalos a los jugadores. Y por último está Pablo, fiel seguidor de Maradona que asiste a la Iglesia Maradoniana y busca cualquier oportunidad para tener contacto con el ex DT de la Selección. El documental del danés si bien no aporta nada nuevo (mucho se ha hecho ya en base al mito maradoniano y quien escribe está harto de la glorificación de este ex jugador) y es apenas correcto, siempre está a la altura de sus entrevistados y nunca intenta ridiculizarlos.

Ya pasaron unas cuantas horas sin tomar un poco de café. Dando una vista rápida, el de Starbucks parece ser el que tiene los vasos con más cantidad, aunque lo sirven demasiado caliente y da miedo que parte del contenido pueda llegar a volcarse sobre las manos. Se hace tarde y tengo que correr hacia el Cine Cosmos porque llego tarde a ver Ojos sobre Praga, un interesante documental sobre los últimos años de vida del arquitecto checo Jan Kaplický, quien tuvo a cargo el diseño (tras presentarse en concurso) de la nueva Biblioteca Nacional de Praga.

El proyecto de Kaplický es adelantado a su tiempo, combina formas de la naturaleza y la tecnología, y quizás es demasiado moderno y poco convencional para quienes lo critican duramente, entre los que se encuentran hasta el presidente de la República Checa. La directora se centra en la vida personal del arquitecto y la polémica que sembró el proyecto de Jan, que le valió acusaciones de haber hecho fraude en el concurso que lo había dado como ganador, y también exagerando las dimensiones del mismo, objetando que su altura taparía gran parte de la vista de la ciudad. Las idas y vueltas de la debacle terminarán por cancelar los planos de la nueva Biblioteca Nacional. Un final amargo para el documental y para Kaplický, quien tuvo más aceptación y reconocimiento fuera de su país que en su tierra natal.

Nuevamente tengo que volver para el Abasto, pues ya comienza Easy money. Historia coral centrada en tres personajes, el primero de ellos es JW, un estudiante de economía que le gusta codearse con sus millonarios compañeros de universidad, a la vez que maneja un remise para solventar sus gastos y vive en una pequeña habitación decorada por fotos de modelos en las paredes. JW ansía una mejor calidad de vida, andar en autos caros y comer en lujosos restaurantes, ser como esos modelos. El segundo es Mrado, un violento miembro de la mafia Yugoslava que vive junto a su hija, esperando un último golpe para poder volver a su país. El último es Jorge, un fugitivo que acaba de escapar de la cárcel para poder coordinar la llegada de un cargamento lleno de cocaína y venderlo a los traficantes.

Como es de esperarse, las tres historias comienzan a cruzarse de a poco hasta que los tres estén involucrados y vean el arribo del cargamento como una oportunidad única para “salir adelante”. La película fluye más o menos bien hasta la mitad, luego algunos giros de guión se vuelven algo arbitrarios, el director se torna miserabilista con sus personajes, condenándolos en lo que termina siendo una mala versión de Atracción peligrosa con mezcla del peor Iñarritu por su uso de la música para sobrecargar las escenas “dramáticas” y el golpe de efecto.

Fin de la jornada, ya es tarde y otro día será mejor estar temprano para conseguir mejores entradas para esas funciones que se agotan rápido.

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