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Cine, skaters, Mar del Plata, amigos…

Por Mex Faliero y Cristian Ariel Mangini

Fotos: David Pafundi

Cuando asistimos al último BAFICI en Capital Federal, nos sorprendió la presentación en competencia de la película Somos nosotros, dirigida por Mariano Blanco. Y nos sorprendió aún más porque se trataba de un film rodado en Mar del Plata, en el mundo de los skaters que transitan la Plaza Mitre: sinceramente no teníamos conocimiento del proyecto, ni tampoco rastro de su director. Y la revelación final llegó cuando tras su proyección, se armó un gran debate a su alrededor que incluyó una cómica discusión entre skaters y Quintín en su blog personal. Para el crítico, el film no reflejaba cabalmente el mundo de los skaters. Y los muchachos, salieron a vengar su honor.

Cuando comenzamos a hurgar más en este proyecto, descubrimos a un director que no sólo filma, sino que además es skater y forma parte del grupito de deportistas sobre ruedas que aparecen en el film. Somos nosotros -vaya título para una opera prima- es un film episódico sobre las relaciones sentimentales de tres adolescentes, con un registro de cámara en mano, urbano y nocturnal. Planos largos, ciertos tiempos de la nouvelle vague y la respiración del nuevo cine argentino se pueden observar por ahí, en comparaciones que surgen como inevitables. Es sí un film menor, pero sumamente sólido en su contundencia expresiva y en el rigor con el que registra su mundo: y llamativo en un director de tan sólo 19 años (en ese entonces).

Sin embargo lo que ha hecho icónica a Somos nosotros para los marplatenses, es el hecho de que si bien se puede ver una Mar del Plata poco habitual del cine también hay algunas escenas que no fueron filmadas en la ciudad -como cierto paseo por la porteña Lavalle- y que generan una extrañeza mayúscula. ¡Pero atención! Atrás críticos del mundo y sus lecturas entre filosóficas, cinematográficas y arbitrarias: en diálogo con Fancinema el director -que estuvo en la ciudad semanas atrás para presentar el film en el ciclo de cine nacional del Auditórium- comentó por qué decidió rodar algunas secuencias en Capital Federal, en una charla que atravesó varios temas, entre ellos Mar del Plata, el skate y el hecho de filmar con amigos.

-La pregunta obvia es si sos de Mar del Plata.
No, no soy (NdR: es oriundo de Ituzaingo). Todo el mundo me lo pregunta, pero no, no soy de Mar del Plata. Aunque tengo un vínculo muy grande, tengo muchos amigos y vengo durante todo el año, probablemente venga más en invierno que en verano. A mis amigos los conocí a través del skate, y se formó una amistad desde muy chicos, se formó ese vínculo y empecé a venir.

-Con el cine ¿cómo te involucraste?
Empecé a estudiar a los 18 en la Universidad del Cine en Buenos Aires y ese fue mi primer vínculo. Somos nosotros es lo primero que hice, en primer año hice un corto que nunca terminé de montar porque no estaba muy a gusto. Y en tercero se presentó el curricular de la Facultad, gané ese concursito y como tenía un largometraje en mente, se lo propuse a la Universidad y ellos me dijeron que sí. Tenía seis días de rodaje, que eran los que me daban para el corto, y en esos seis días filmé la mitad de la película. Algo así como 40 minutos. Ya tenía algo medio armado, tuve dos o tres días más en distintos meses, y en diciembre pasado se terminó la película.

-Cuando vimos la película en el BAFICI nos surgieron dudas respecto a las cuestiones geográficas, como una escena donde una pareja camina por Lavalle. ¿Entendemos entonces que fue una cuestión de producción?
Fue una cuestión de producción más que una decisión política. También pasaba que todo esto crecía sobre la marcha y claramente se veía inverosímilmente mal. Había algo del verosímil que para el que conoce bien la ciudad, esa calle era Lavalle.

-En la primera historia, el paseo en moto ¿por dónde es?
El comienzo es en Mar del Plata, y el resto es en Morón, Castelar, Buenos Aires.

-Uno podía hacer una lectura sobre la evasión, porque cada vez que uno de los chicos logra pasear con una chica no son escenas filmadas en Mar del Plata.
Si digo que lo pensé así estoy mintiendo, tenía que ver con una cuestión de producción y hoy me lo pregunto un montón, si la tuviera que hacer de vuelta la haría toda en Mar del Plata. Pero en aquel momento no lo pensé y con las personas que lo charlaba me decían que estaba bien, y un poco que uno se deja guiar por eso, que eso funciona de esa forma, que era una película. Aunque es evidente que hizo un poco de ruido. Inclusive creo que el momento más ruidoso es Lavalle. No me arrepiento, pero si pudiera filmarlo de vuelta elegiría sólo un lugar. Si hubiera tenido un formato de película, con 15 ó 20 días, lo hubiera filmado todo en el mismo lugar. Pero esto era un trabajo para la facultad, era lo primero que filmaba. Era un experimento a ver qué pasa, a ver qué sucedía.

-¿La elección de la ciudad en invierno fue una decisión artística o se dio por producción?
No, fue una decisión inclusive porque pienso que las ciudades que son turísticas se ven afectadas en el verano y pierden un poco lo que son. A mí me da esa impresión. Yo iba a contar una historia que es muy cotidiana, los jóvenes que aparecen son pibes normales. Quería una ciudad que no sea ajena, una ciudad pura como es Mar del Plata, y además que a mí el invierno me gusta bastante, tiene algo cinematográfico que es muy interesante. Entonces de todos los lados me cerraba la idea, y rescato que incluso eso le da a la película cierta melancolía.

-Igual se elude bastante la mirada de la ciudad del verano de los Campanelli o la tristeza de una como Nadar solo, por ejemplo…
Siempre me lo han preguntado y no quería que sucediera eso, quería hacer un retrato lo más parecido a lo que conozco, y lo que conozco no se parece en nada a lo que vi en Nadar solo. Mis amigos no andan llorando por ahí, tienen su vida normal y me parecía que tenía que ser lo más fiel a eso. Cuando hablo de una cierta melancolía, digo que el paisaje de alguna forma es medio solemne, que de pronto filmado tiene ese carácter. Entonces a mí en ese momento me interesaba mucho. Ahora estoy trabajando en otro proyecto que sucede en verano y que probablemente lo filme en Mar del Plata.

-Teniendo en cuenta el trabajo con los planos y los pocos días en la ciudad ¿cómo fue la planificación del rodaje?
Los días de rodaje eran cortos, primero porque se filmaba de noche y no sólo el problema era que se filmaba de noche, sino por el tiempo que se podía estar con los actores, que eran mis amigos y no tenían nada que ver con el mundo del cine. Y de lo que eso implicaba, el cansancio de filmar de noche casi sin nada. Entonces se complicaba mucho y los rodajes eran acotados. Yo tenía bien sabido lo que quería hacer en los lugares y lo que intentaba era hacer planos largos, que si uno lo piensa bien teniendo una cámara en mano se facilita un montón. Igual había cosas que complicaban, pero cuando yo encontraba el plano y entendía dónde la cámara debía estar, se facilitaba el trabajo. Se repetía un par de veces hasta que salía. Fue bastante dinámica la forma de trabajo: se llegaba al lugar, se planteaba el plano, se ponía la cámara y se actuaba. Muy diferente a una película. En términos de montaje más convencional hubiera sido diferente, porque se tendría que haber pensado donde poner las diversas cámaras.

-¿La película la pensaste en torno a tus influencias?
Quizás no lo pensé, pero se ve afectada por todo eso. Soy conciente del cine que veo, del que me llega, de la formación que uno tiene; donde estudio la idea de cine es bastante parecida a ese estilo. Y quieras o no te ves afectado. Uno trata de encontrase lo más sincero y trata de alejarse de esas cuestiones, pero hay algo del lenguaje, del ser argentino que se manifiesta. Pero sí, en ese sentido lo que quería hacer con la película era un retrato de esto que era lo que vivía, nunca tuve la fortuna de levantarme una mina en moto (risas) pero era contar eso de la manera lo más sencilla posible.

-¿Cómo se dio el acceso al BAFICI?
Mi profesora de dirección era Inés de Oliverio Cézar, tenía un buen vínculo con ella. Iba montando la película y se lo mostraba. Una vez que vio unos 50 ó 60 minutos me dijo que estaría bueno que la mande. La mandé y casi ese mismo día tenía una respuesta como muy buena, una respuesta de Sergio Wolf que decía que le había gustado muchísimo, que pensaban presentarla.

Skate

-¿La movida skate en Mar del Plata es muy grande en comparación a otros lugares?
Sí, incluso veo mucho más skate acá que en Capital Federal. Tiene que ver con una cuestión geográfica, la ciudad está un poco armada para eso. Incluso se están haciendo más pistas. Aunque sea hay una idea de que existe un grupo de gente que anda en skate, que practica ese deporte.

-Vos te vinculás con el sector de skaters. ¿Cómo ves a la ciudad en la forma como se acoge a las tribus urbanas?
Generalmente a la gente que está adentro del movimiento skater le suele ser difícil titularse como una tribu, así que mis parámetros en cuanto a tribu no son muy confiables. Acá sucede. No obstante en el caso de las tribus que existen, en el caso del que yo conozco que es el del skate tiene un lenguaje propio y los pibes que andan en skate por acá, están bien. No lo veo muy diferente a Buenos aires, donde te encontrás con un abanico de tribus.

Amigos

-Los actores son amigos tuyos. ¿Las chicas también?
Sí, es toda gente como del mismo grupo, algunos son de acá otros son de allá. El vínculo es tan cercano de mi grupo de Buenos Aires con el de acá, que es como algo muy homogéneo, muy cercano todo. Yo he pasado acá mucho tiempo, he estado meses, no noto diferencia entre ellos.

-¿La dirección de no actores estuvo en base a algunos parámetros académicos o algo muy personal?
La dirección de actores es en todas las películas una experiencia diferente, y en este caso el haber trabajado con ellos era algo que tenía que vivenciar yo, porque eran mis amigos, gente que le costaba acatar órdenes, que tenían mi misma edad. Se generaba algo que era muy personal y encontrar la forma de que esas actuaciones sean lo más ajustadas posibles. Pero es diferente el primer plano que se filmó con ellos al último. Soy del pensamiento que las situaciones se resuelven en el rodaje, más ese tipo de cosas porque vos trabajás con actores y cada uno tiene una herramienta diferente. En la Universidad tenían esa idea de charlar con los actores mientras se filmaba y no me sucedió.

-¿El próximo proyecto tendrá amigos o actores profesionales?
No estoy seguro, hay algunos amigos con los que quiero y ellos tienen ganas de filmar, puede ser algo muy divertido. Pero hay algunos actores que me interesan, por ahí será como acá: un poco y un poco. Por ahí descubro que para este tipo de proyectos eso me funciona. Pero por ahora no lo puedo decir.

Futuro

-¿Qué tenés definido de esta posible película?
En una película con jóvenes, acá, en verano. Y tengo algo que tiene gran parte de interiores y otra gran parte en exteriores claramente. Es algo que estoy desarrollando, no quiero apurarme, necesito un tiempo de reflexión, si no haría una película muy parecida a la que ya hice, y no quiero que me ocurra eso. Pero si se puede llegar al fin de este verano a filmarla sería una buena idea, y si no la película está dividida en dos episodios, el primero en verano y el segundo cuando se está yendo. Y si no llego, haría primero el final en abril mayo y terminaría en octubre o diciembre, haciendo la primera parte de eso que estoy armando. Pero yo soy muy cambiante, y estoy trabajando en varias cosas, y de repente si estoy en esto pero veo otra cosa. Quiero encontrar al forma justa para poder sentirme a gusto con eso. Todavía no me pasó lo que me pasó en Somos nosotros que necesitaba hacerlo.

-¿Cómo te ves en algo bien diferente de tu primer film: sin amigos, sin skaters, sin la ciudad?
Siempre es muy interesante cualquier tipo de proyecto. Incluso hay un proyecto que está armado por un productor portugués que es tomar algunos directores jóvenes y en tres meses se van a hacer diez películas. Me lo propusieron y tengo la libertad de hacer lo que quiera, y tengo la idea de alejarme bastante de lo que hice. De todas formas en la que estoy haciendo ahora hay jóvenes, los dos protagonistas tienen un lazo familiar muy cercano que no definí aún. Pero se vería alejado de lo anterior, que era el grupo aunque es evidente que soy eso y no podría despegarme mucho para contar algo con la sinceridad que quiero. Soy conciente de que la película que vaya a hacer ahora tendrá  algo muy propio y diferente de Somos nosotros. Por eso hablo de esperar un poco y reflexionar. En este momento está bueno poner una pausa, no descansar, pero sí poner una pausa para ponerme a pensar qué quiero hacer. No me di cuenta que de repente esta es mi opera prima, y vas a un festival y competías por un premio, y competís con gente que tiene mucha experiencia y uno tiene que ser conciente de eso y que el trabajo no es hacer por hacer. Ahora me encuentro en un momento en el que decido tomarme unos meses.

-¿Tuviste la etapa de “quiero hacer, quiero hacer” y no se pudo?
A mí me sucedió que con Somos nosotros fue todo como muy perfecto. Me dieron ganas, el curricular, se empezó a filmar, monté, se exhibió y comenzó el recorrido, entonces fue como una cadena que sucedió. El momento en que me llegó la hora de filmar fue el justo, eso es bueno, que el momento en que lo hacés sea el indicado. Por eso a veces me pregunto si ponerme a hacer una película por el Instituto, con esa burocracia, sirve. Estoy viendo por qué lado encararla.

-¿Somos nosotros se llamaba así desde que nació?
No tenía título la película. Prácticamente se puso el título dos días antes de mandar el dvd armado para que lo vean. Ahí puse Somos nosotros, que era como un chiste que hacíamos en ese momento y ni esperaba que ese título marque el reflejo de una generación, no había pensado eso. Y por eso es posible que suceda, que sea un título generacional. Si me lo hubiera predeterminado quizás eso no hubiera funcionado. Al intentar hacer un reflejo cercano de lo que está alrededor mío quizás sí retraté una generación, que se puede decir que está vista en la película. Luego del estreno se resignificó mucho, cosas que yo no puedo manejar. Aunque siempre es bueno que se habiliten esas miradas.

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