La fallida película de Josh Trank busca narrar los últimos días de Al Capone a partir de su demencia. Un film con aciertos parciales, pero que se vuelve en extremo barroca y cuenta con un show insoportable de Tom Hardy.
La película sobre el antihéroe del universo de Spider-Man nunca encuentra un tono coherente y sus esfuerzos por complacer a todo el mundo la llevan a ser totalmente anodina.
El último film de Sofía Coppola es la remake de un thriller de época que carece de sello personal y resulta una historia mucho más lavada y predecible que su fuente de inspiración.
El film de Dito Montiel, basado en hechos reales, funciona mejor cuando se concentra en los aspectos policiales y de acción que cuando hace foco en el retrato social y dramático.