El film de Jonas Åkerlund aborda libremente hechos muy particulares y los narra con gran creatividad e imaginación, contando de paso con una muy buena actuación de Rory Culkin.
El británico Edgar Wright da una lección de cine moderno en esta comedia policial vertiginosa, que contagia una energía poco habitual. Un cine combustible.
Un film que comparte lazos con el universo de los Hermanos Coen, con personajes ligados a lo absurdo y destinados al fracaso, aún cuando rozan el éxito.