Creada por el guionista de Puente espías, esta producción de Netflix amaga con tener una narración marcada por la ambigüedad de los protagonistas, aunque luego se queda a mitad de camino.
James Cameron vuelve a fascinar con la secuela de Avatar, un film que es un poco más de lo mismo pero que nunca deja de reflexionar a partir de sus impactantes imágenes digitales.
Claudia Llosa logra un drama de imágenes potentes y personajes complejos, pero falla a la hora de las resoluciones, con un final abrupto y algunas metáforas trilladas.