Esta reversión de la franquicia de terror tiene poco para ofrecer y los cambios que ofrece en vez de sumar, restan, con lo que pierde toda razón de ser.
El director de la multipremiada Birdman sale de la incomodidad de las bambalinas y se sumerge en un relato de supervivencia y venganza en territorio salvaje. DiCaprio sufre por osos y oscars por igual.
Iñárritu propone otro de sus viajes plagados de arbitrarios padecimientos y vacuas lecciones de vida. En el medio, demuestra que no entiende y por ende subestima el género de aventuras.